martes, 10 de junio de 2008

Sueño de una Noche de Verano... (Parte I)


Primera Parte
De cómo principian las cosas, y la música que escuchamos.

Era un día de mediados del mes de febrero. La verdad recuerdo el día, pero lo omitiré. Era un día de semana, caluroso. Yo era más joven, ya había dejado de ir a liceo, y claramente sabía menos que ahora, pero era más idealista e ingenuo de lo que ahora soy. Creía en las palabras. Creía en las personas. Creía en varias cosas, en las que ahora no siempre creo, que siempre cuestiono.
Desde que recuerdo (pero tengo pésima memoria infantil), tuve experiencias un tanto extrañas respecto a sueños y situaciones, que después supe que se denominaban premonitorias. Cosas con las cuales soñaba, a veces resultaban ciertas después. No en su totalidad del contexto, pero sí en la idea. No era como considerarse medium o algo por el estilo, pero era un dato importante a tener en cuenta posteriormente durante mi vida. Ahora mi vida no es tan rica en cuanto a aventura, o emociones o cosas inesperadas, quizás por lo mismo no tengo esos sueños premonitorios, o quizás sea que perdí el don. No lo sé. Pero me remitiré a los hechos, para contar la historia de una venganza, un daño colateral, y de cómo todos los sentimientos se pueden transformar, de que todo es mutable.
Como dije era un caluroso día de febrero, y en esa época tenía más amigos que ahora. Amigos con los cuales compartía desde niño, y amigos que fuí conociendo durante el tiempo. Pues uno de estos amigos, R~, me pasó a buscar a mi casa, para salir, cuando me fijé que llevaba varias fotos y pósters pequeños, y revistas donde salía la programación semanal de la televisión abierta de esa época. Le pregunté qué significaba eso, y me respondió que iba a ver a una amiga nueva que había conocido, y que le gustaban ese tipo de porquerías de los artistas y tipos de moda. "Ok", dije yo, curioso de saber a quién había conocido R~ sin que yo lo supiera, más que de conocerla a ella misma. Por el camino me confesó que esta muchacha, era una conocida de N~ (cuyo nombre real era A~. Un nombre de risa, y no lo decía porque le avergonzaba y era motivo de burlas, por lo que lo acortaba a N~). "Mala idea", pensé para mi cuando R~ me dio ese dato. N~ era un tipo siempre celoso de sus amigas, y ya sabíamos que conocer a una "mina" de él, era causa de problemas futuros. Pero la conocimos.
A~ era una chica de pelo crespo castaño claro, como resortes, medianamente corto, producto de malas experiencias con el teñido, siempre sonriente pero nada de bonita. No es que fuera fea tampoco, pero su simpatía hacía mucho más de lo que quizás ella misma quisiera. La conocí y compartimos toda esa tarde, conversando sobre música, lo que escuchamos y odiamos, sobre gustos, preferencias y demases. Fue una tarde entretenida a mi parecer, y la verdad lo sigo recordando así, pese a las cosas que sucedieron después. En la tarde, bien tarde, nos fuimos con R~, despidiéndonos de A~ muy cariñosamente. Había nacido una de las amistades más sinceras de mi parte, pero a la vez tormentosa, de las que recuerdo, aunque hay que señalar que lo de "tormentosa" es por la época y mi estado anímico y existencial de esos años, y por cómo veía yo el mundo en aquel entonces.
Esa noche de febrero, estando ya en mi casa para dormir, recordé un sueño extraño que había tenido unas noches atrás. Estaba yo en aquel sueño, y por circunstancias que no recordé después, conocía a una chica, una mujer, la que con el paso del tiempo y los detalles, se terminaba por convertir en la mujer más importante de mi vida. Sin embargo, no lograba recordar más detalles de los "por qué", y mucho menos del final del sueño. Sólo recordaba que era importante, aún sin saber a ciencia cierta si lo era como pareja, como amiga, o qué diablos. Y esa noche, después de conocer a A~, un hecho casi fortuito y sin premeditación, algo que ni lo había pensado y mucho menos planeado, cuando recordé aquel sueño, pensé que quizás, y sólo quizás, A~ sería la mujer, la chica, la amiga, la pareja, la "qué diablos", con la que había soñado.
Seguí juntándome con A~, con R~, con el otro R~ y N~, y con el paso del tiempo formamos un buen grupo de amigos. Nunca fuimos excelentes amigos, como grupo, pues siempre hubieron rencillas y tonteras varias, pero lo pasábamos bien, al menos muchas veces de las pocas que estuvimos todos reunidos. Siendo honesto, creo que a N~ jamás le gustó que nosotros conociéramos a A~, y mucho menos que ella sintiera interés por juntarse y vernos a nosotros (R~ y yo) a solas. Entendí con el tiempo que él pensaba lo mismo de nosotros, y en realidad era un círculo vicioso de "pensé qué" o "siento qué" entre nosotros como grupo. Resumiendo, todos estaríamos interesados en ella de otra forma, per ninguno lo asumía. Con el tiempo yo me juntaba a solas con ella. No con R~ al medio, y sé que é también se veía a solas con ella. Pero cuando nos dimos cuenta de que habían estas "dificultades", en especial las opiniones sarcásticas y muchas veces mal intencionadas de N~, preferimos unir fuerzas, y ser lo que el tiempo llamaría Los Tres (emulando al grupo nacional Los Tr3s), pues éramos R~, A~ y yo. Recuerdo que hasta hicimos un logo corporativo de ello, de nuestro trío, de nuestra unión en amistad y camaradería. Si me da la gana quizás un día suba esa imagen de ese logo.
Pasó un mes, donde todo se forjó muy rápido, como un vendaval de emociones que hicieron darnos cuenta de muchas cosas, tanto en este grupito interno de 3, como con el resto de amigos que teníamos. Saltaré los detalles de todo eso, todo el proceso vertiginoso donde con A~ establecimos una relación más que de amistad, aunque nunca siendo otra cosa que amistad. Ojo que no he dicho que ella me gustara, o que yo le gustase a ella, para nada. Sólo intento decir que era un sentimiento tan grande, algo tan inmenso, que la palabra "amistad" no lo explicaba (todo esto bajo mi punto de vista y bajo mis apreciaciones y conceptos).
En poco tiempo construimos algo tan lindo, tan especial, que no pensábamos siquiera que un día podía terminarse. Y menos por culpas o responsabilidades nuestras, o por las de algún miembro del grupo más grande de amigos con los cuales compartíamos. Yo siempre recordaré esa época con gran cariño, una época donde aprendí y entendí a una mujer (en parte, pero mucho más de lo que he entendido a las demás que he conocido), donde conocí a una amiga que valoré y con la cual compartí muchas cosas. Y donde también conocí y entendí lo que haen las personas con envidia y resentimiento en el corazón. Lo demás, es harina de otro costal, como decimos.
Eso por hoy. Proximamente continuaré...

REK.

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