viernes, 20 de junio de 2008

Sueño de una Noche de Verano... (Parte V)


Quinta Parte
De cómo gobierna la mentira, y lo que dejamos atrás.

La verdad no había que ser ni sabio, ni adivino, ni ingeniero para darse cuenta de lo sucedido, o lo que iba a suceder. Al día siguiente, N~ sacó a relucir sus mejores armas en esa guerra, actuando de la peor forma que podía. En cuanto nos juntamos por la tarde, me preguntó dónde había estado la noche anterior, ya que me había ido a buscar, y no estaba, y no volví. La verdad no me extrañó para nada la pregunta, era natural, y conociéndolo, también era natural la intención. Le dije que me había quedado fuera, con unos amigos de estudio, y punto. No le di más detalles, pero claramente no se convenció con mi respuesta, y me dijo “que raro… A~ anoche tampoco estaba, tampoco durmió e su casa”. Con eso, ya me di por enterado de las intenciones, y de que no se podría mantener por mucho tiempo el secreto de que A~ y yo dormimos juntos. Interiormente pensé en las malas consecuencias que eso traería, y lo más probable que si A~ se enteraba (seguro que el mismo N~ iría a decirle después), seria de mala manera, o pensaría que fui yo quien habló o contó algo, o algo peor. No le dije nada más, sólo que lo había pasado bien en la noche, y que eso sería. Él me dijo que igual las cosas se iban a saber, pero que él ya las tenía claras. Traté de no darle importancia a eso, pero claramente la tenía.
A los días, me enteré de la realidad. N~ haciendo gala de sus maestrías en el arte de la mentira y el engaño, había contado a A~ de que yo había contado todo, que él sabía que habíamos pasado la noche juntos, y que yo hasta había dicho que fue una gran noche…
La verdad no entiendo aún por qué pasaron así las cosas. O sea sí lo entiendo, y entiendo los motivos, y entiendo y sé el desenlace de la historia. Lo que no entiendo es para qué tanta mala onda. Dicen que el fin justifica los medios, y sería justificaba en este caso, pero tanta envidia o mala onda u odio, no sé, en una sola persona, por un asunto casi tan trivial como una amistad compartida, no lo comprendo del todo. Pero cada cual actúa según sus ideales y sus intenciones. Y la intención de N~ obviamente era que A~ y yo nos enemistáramos. Y lo consiguió en cierto aspecto.
Ella estaba furiosa conmigo, era esperable. Un día después de éstos acontecimientos, llegué a su casa como normalmente lo hacía, y al saludarla me corrió la cara, y ahí noté que todo se había podrido. Pero su frase fue lapidaria: “contigo a 1 kilómetro de distancia”. Con eso, me estaba diciendo que no quería ni que yo me le acercara. No había que ser muy astuto para comprenderlo. Su frase y su actitud, y sus ojos ausentes más que nada, destruyeron mucho de lo que yo tenía y sentía por ella, y de lo que yo pensaba conmigo mismo. Me sentí mal, me sentí traicionado, y dejado de lado, y hasta humillado. La verdad fue un pésimo momento. Pero no me fui. Pese a todo, yo sabía que no había actuado mal, y no había dicho ni contado nada de lo que N~ seguramente había inventado. Quizás sólo se necesitaban aclarar las cosas. Pero no tuve esa oportunidad, o si la tuve, no creyeron en mí. Creyeron más en el mentiroso de siempre, en el chanta de siempre, que en mi, el único que estuvo siempre con ella, pese a la distancia y a todo. Eso dolía mucho, y esa tarde, mientras más pasaba la hora, y más comprendía que no había opción de nada, me dolía más.
Terminó la tarde y la distancia de su casa a la mía, no era nada comparado con la distancia que sentía que existía ahora entre ella y yo. Llegué a casa y comencé a cuestionarme todo, absolutamente todo, incluyéndome a mi mismo, tanto en mis dichos, como mis acciones y pensamientos, y sentimientos también. Sabía que yo no había actuado mal, pero lo hacía. Siempre lo hago, hasta hoy.
No llegué a muchas conclusiones, la verdad creo que a pocas. Pero las pocas fueron determinantes. Lo primero era alejarme de inmediato de N~. No podía ni quería aceptar más a un tipo así, y mucho menos tratarlo como amigo. Los amigos se pueden mandar muchas cagás, pero no con uno. O si son con uno, se conversan y se aclaran. Pero éste tipo sólo quería hacer daño, cero intención de aclarar algo así con él. Eso llevó a que tuviera que tomar la opción más difícil de todas, más incluso que decidir alejarme de A~: alejarme de todo el grupo de amigos, para no tener contacto con nadie, ni que me anduvieran preguntando nada. Eso significaba, literalmente, quedarme solo, sin amigos, sin apoyo, sin nada.
Y me costó, pero lo hice. Y con los años descubrí que era la opción correcta, aunque no tuve muchas opciones, pero era la adecuada, y era la que debía tomar. Y la tomé. Y me quedé solo, y me afectó demasiado todo. Pensaba que no iba a poder salir nunca de ese estado, de esa idea, de esos pensamientos, de esa soledad.

Sin embargo… Jamás podría alejarme de ella… La Soledad…

REK.

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