martes, 2 de junio de 2009

Ahora



Los tiempos actuales son complicados. Y en especial los que en éste preciso momento estoy pasando. Los que el mundo está pasando.
La verdad está la pura cagá.
No puedo siquiera comparar los tiempos de pendejo, donde con poco estabas contento, donde no pasabas tantas rabias como hoy en día.
El mundo está casi hecho mierda por completo. Y mi vida no es mucha excepción de aquello. Yo no tengo claridad aún de que si soy yo el problema o el mundo es el problema mayor. No pretendo que el mundo piense como yo, eso sería estúpido. Pero yo creo que la mayoría piensa y hace puras huevadas.
Ya no es época de felicidades simples, o cositas básicas, es el tiempo de los problemas, de trabajar, y un sinfín de cosas que cambian nuestro mundo. Y nos cambian a nosotros. Me hacen cambiar a mi. Al menos hasta cierto punto cambian el modo de vida y el punto de vista que tengamos de muchas cosas.
Hoy por hoy no lo paso del todo bien, aunque a veces no se note. Estoy chato de muchas cosas, de mucha gente, de muchas situaciones. Hay veces en las que preferiría volver a esos tiempos donde me iba a cuidar una casa en Vitacura, y estaba solo un fin de semana completo, donde escribía, leía, y compartía conmigo mismo ese tiempo de soledad, donde aprendí lo que la soledad nos tiene que decir, y lo que nos tiene que enseñar. Pero no puede volver ese tiempo. Ya pienso diferente, actúo diferente, y no tengo la claridad de que la soledad siga siendo la misma soledad de aquellos años.
Hay cosas buenas, hay tecnología, a veces compartes con más gente, muchas veces (la mayoría) estás solo, pero de una manera muy diferente. Siempre hay cosas, gente, situaciones, sorpresas, que te llenan un rato la vida, pero no completamente. Son cosas temporales, pero agradables. Aún disfruto muchas cosas de antaño, pero también hay que ir disfrutando las nuevas, las de éstos tiempos vertiginosos, donde los "yo" predominan por sobre los "nosotros".
Son tiempos donde me he sentido juzgado, donde me he sentido (y me han) traicionado, y me he sentido herido en mi confianza, en mi amistad, en mi amor. He pasado momentos difíciles, duros, penosos, que ahora los miro hacia atrás y me parece que los viví hace mucho más tiempo, porque pese a lo mal que estaba, me sané rápidamente. Ahora es diferente, no puedo sanarme de algo que no es una enfermedad, sino una sensación de sentirme pasado a llevar, de no sentirme respetado, y donde mi orgullo clama a gritos que intervenga. Lo haré, pero con calma. Pensando bien las cosas, y haciendo lo que debo hacer, para estar tranquilo conmigo mismo y, por qué no, tratar de dar su merecido a quienes me joden la vida, o lo intentan.
Hay personas, humanoides, o gente, que no se merecen nada. Hay personas que si se merecen mucho. El problema radica en que a veces las personas que tu crees que valen, después te enteras o te demuestran que no. Aunque yo creo que una buena opción es que nunca fueron como tu creíste, sino que siempre fueron como eran. Eso es juzgable? Depende. Porque a mi me han juzgado por ser quien soy, lo que me da el absoluto derecho de juzgar por quienes los demás son, sea eso correcto o no.
Una de las cosas que me ha llenado mucho los espacios de pensamiento en el último tiempo (2 años atrás hasta la fecha, aproximadamente), es la Tercera Ley de Newton (ley que postula que cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, éste realiza una fuerza de igual intensidad y dirección pero de sentido contrario sobre el cuerpo que la produjo. O dicho de manera simple: Acción y Reacción). Incluso una vez me dijeron que me metiera esa ley por donde me cupiera... Pero bueno, el tema es que ahora actúo según nuestro amigo Newton. No se si me guste, es como una especie de Ley del Talión, pero es lo que en éstos momentos más me acomoda y más útil es. Y me importa un soberano si alguien se lastima por ello, porque nadie piensa en mi, y porque soy un condenado cabrón.
Lo que venga después, eso no se sabe con certeza...

REK.