sábado, 26 de julio de 2008

Las Cosas Que Me Gustan... Juegos.

Imagen de fantasía, con el duelo entre Link (The Legend Of Zelda) y Cloud (Final Fantasy)

Otra cosa que me gustan, son los video juegos. Desde chico, obvio, y hasta ahora, un poco más crecidito. Soy de la generación de los ATARI, de los cartuchos y los joysticks que poseían un solo botón. Por esa época, siendo yo un niñato, estaba en boga el Atari 2600, una consola antiquísima, pero que poseía miles de juegos, y la mayoría adictivos. Recuerdo el juego de los misiles, donde caían unos “píxeles” (eso eran, no eran misiles como lo serían hoy en día), y uno con una mira apuntaba y disparaba las baterías antiaéreas para que los misiles no dañaran nuestra base. La gráfica es de una 2600, no podemos pedir más, pero para aquella época eran la sensación. Daba gusto jugar esos juegos, porque pese a lo simple de sus movimientos, tenías la acción “en vivo”, tú movías tus personajes o lo que fuera, y por culpa tuya o alguna mala determinación, perdías.
Yo participé de esa época como un simple espectador, que a veces jugaba en alguna casa de un pariente o amigo que poseía una de éstas máquinas, pues en mi casa las cosas no andaban como para comprar eso tan “caro”.
Después de eso, vino la época donde conocí el Atari 800XL, un computador personal que además podías cargarle juegos. Un computador genial para los tiempos, donde podías aprender a programar y hacer algunas cosillas en BASIC, y podías jugar también. Una vez hicimos un juego tipo Pac-Man con un compañero del colegio. La verdad él ya traía mucha de la base del juego, y ahí terminamos de amononarlo y de probarlo. La verdad era el Asterisco (*) como Pac-Man, y se iba comiendo signos peso ($) por la pantalla, controlado por las flechas del teclado y evitando chocar con los bordes de la pantalla. Era simple, y con menos gráfica que el Pong, pero funcionaba y era divertido. Además si lo hacía uno, era algo jajaja. La verdad tengo buenos recuerdos de ésa máquina, pasé horas jugando y programándola, y lo pasé muy bien. Luego un vecino se compró el Atari 65XE, la versión nueva del 800. Casi igual, pero un poco más bonito, con un tono gris y un diseño más moderno. Había una montonera de juegos para esta consola-computador. Mucho mejor gráficamente que la vieja 2600, pero que mantenía el joystick de 1 botón y por lógica los comandos simples. Juegos emblemáticos como el mítico Montezuma, o Bruce Lee, o el Black Lamp, o The Great American Race, y muchos otros, aún los recuerdo y a veces juego en el emulador.
También jugaba en las máquinas arcade, las grandes y clásicas que uno jugaba en locales como los famosísimos Entretenimientos Diana. Me gasté mucha mucha plata en esas máquinas, tanto en los videos que había cerca del barrio, como en los del centro de Santiago, donde estaban las últimas novedades, aunque las fichas fueran más caras (en mi casa hasta $5 costaban me acuerdo, mientras que en los Diana rondaban los $15 o $20). Ahí, en los videos del barrio, dejé mucho de mis primeras platas de cabro chico, y después de no tan chico, jugando en esas máquinas de antaño, en el negocio atendido por Don Chifla (gran personaje!!! Viejo Cul...!!!), donde me trataban pésimo por ser buen jugador y durar harto. Viejo de mierda, decía que yo no le salía rentable porque con una ficha duraba mucho rato, y no me vendía nada, para yo no jugar. Eso me pasa por ser tan capo :D. En el que siempre duraba harto, eran en uno llamado Solomon’s Key. Era un juego de unas 45 etapas, donde una hechicera iba buscando una llave para abrir una puerta y pasar al siguiente nivel. Yo llegaba hasta la 30, algo así, y uno se demoraba en llegar, por eso el Viejo de los Videos alegaba. Después aprendí en otra parte a pasar más pantallas, hasta que un buen día lo terminé por fin. Pero el que más duraba, y que por ese empezó el Viejo de los Videos a molestarme, fue el The New Zeland Story. Un juego con pinta muy infantiloide, pero más complicado que la cresta para jugarlo. El asunto es que una morsa gigante se rapta un montón de pollos, pero uno se escapa, comenzando la travesía por las islas de Nueva Zelandia, para ir rescatando a sus camaradas pollos (nota aparte merece el pollo que estaba fumando, notable!). Como ven, el argumento es de cabros chicos, pero cuando lo juegas, y avanzas en el juego, te das cuenta que termina siendo más difícil de lo que su apariencia decía. Había un truco que descubrí, más bien que inventé y puse en practica, por ende más me demoraba, y eso hacía que el Viejo de los Videos hueviara más aún. Después aparecieron juegos como Final Fight, o el legendario Street Fighter, juegos que me quitaron harto tiempo jugando también. Y con el SF se armaban las “mafias” y todo eso, pero en esa época ya era cuando yo estaba más grande e iba a otros videos, no a los de Don Chifla. En esos otros videos conocí harta gente, en especial hartas chicas, porque pese a que el juego era standard, el juego siempre era visitado por las féminas. Raimais, era el título, y yo lo terminaba (para variar), y le enseñaba a las chicas las mejores formas de jugar. Todo un galán del juego jajaja. Otro juego de ésa época, fue el Punk Shot. Un juego “deportivo” de basketball en parejas, conde debías ganar a la máquina o a otro jugador haciendo puntos con un tiempo específico por partido. Claro que la cosa era dar zarta de golpes y patadas, al tiempo que hacías jugadas. Era muy adictivo, y me pasé mucho tiempo perfeccionando técnicas y diferentes combinaciones de jugadas para sacar más y más puntos. Yo tenía todos los records grabados en la máquina, pero quería seguir haciendo más. Hasta que una vez un tipo me desafió. A ver, antes de eso, dejaré algo en claro. Siempre he pensado que cuando uno es bueno, o muy bueno en algo, sea lo que sea, siempre hay alguien mejor que tú. Pero en ese juego, el Punk Shot como dije, yo era ese alguien. Dudo que hubiese un tipo mejor que yo para ese juego, en cuanto a puntos por partidos, y técnicas y jugadas espectaculares. Modestamente lo digo, pero hay miles de testigos, claro que ubicarlos sería un poco difícil. Bueno, volviendo al punto, el tipo me desafió. Yo lo quedé mirando (no solo yo, sino quienes me conocían también), y le dije “estás seguro?”. “Sí”, respondió decidido. Ese juego nunca lo olvidaré, hice más puntos que nunca, y con jugadas espectaculares. Y el tipo, ni por asomo podía igualarme, pues ni jugó bonito, ni mucho menos me alcanzó en puntos. Desde esa vez, y con méritos de sobra, me titularon el Rey del Punk Shot. Muy honorario, si tomamos en cuenta que uno siempre iba ahí a jugar y mucha gente te conocía. Pero bueno, son ahora casi unas historias tontas, pero historias de una época mucho más entretenida, mucho mejor y más divertida, y claramente mucho más sociable que la que ahora vivo.
Las “mafias” del Street Fighter fueron un caso aparte. Yo jugaba con Blanka en el SF II, y otros tipos jugaban con otros personajes, y al final terminamos armando una de las mejores mafias de esos videos. Éramos hartos, mínimo uno por personaje, que jugábamos juntos y contra nosotros mismos, si al final nos conocimos perdiendo fichas peleando entre nosotros. Cucufato, el Huaso, el Henry, el Manotas, Yo, N~, R~ (los mismos de mi historia de Sueño de una Noche de Verano), el Hijo del Huaso (no era su hijo real, sino que siempre le ganaba jajaja), y muchos otros que ahora se me escapan, formamos un agradable grupo de compañeros de juegos, donde aprendimos a jugar con las técnicas de los otros, y a hacer camaradería.
Bueno, volviendo al tema que son los video juegos, después de ésa etapa, vino la época en que salí del colegio, y cuando empecé a trabajar, una de las primeras cosas que me compré fue la PlayStation. Yo ya la conocía, porque un amigo la tenía y jugábamos con los amigos del barrio ahí. Asi que me decidí y me hice con una PSX, la grande gris, el modelo más antiguo, no la PSOne que salió después. Ahí comenzó otra etapa en lo que a juegos se refiere, con mucha más tecnología, y con una mayor variedad de juegos. Empecé jugando por el Tomb Raider, y después el clásico Final Fantasy VII, que me llevó a conocer lo grandioso de los juegos RPG. FF VII es un juegazo por donde se le mire. Una increíble historia, entretenido, larguísimo (3 discos y más de 100 horas garantizadas de juego), y con miles de secretos y misiones en las cuales entretenerse (mi nicksillo viene de ese mundo fantástico y endemoniado, llamado FF). Mi PSX fue una gran adquisisión, puesto que cambié radicalmente las máquinas arcade, por ésta consola. Así disfruté (y aún disfruto) muchos juegos, muchas cosas, y pasé grandes momentos con amigos jugando torneos de fútbol, dándonos de golpes en el TekKen, o simplemente compartiendo el rato de jugar RPG ayudado por ellos que se fijaban en detalles que yo podía pasar por alto. Aún conservo los juegos y las cajas de los CD de mi PSX, algunas veces agarro uno y juego un rato en el emulador del PC, o en la musma PSX. Los conservo proque algunos son geniales juegos, y que pese a haberlos terminado, siempre te dan algo nuevo, una arista nueva o simplemente la diversión de jugarlos.
Después, con el tiempo, llegó la PS2, la cual me compré con una plata extra que saqué coando trabajaba en el D&S, no hace muchos años atrás. Esa plata no contaba en mis planes, por lo mismo la gasté en mi preciada PS2 (gasté más platas en otras cosas también, no todo es juego eh). Más tecnología, juegos interesantísimos y más largos, u mejor gráficamente. Sigo jugando juegos, pero menos seguido que antes. No sé si por falta de ganas o qué, aunque cuando me da por un juego, no lo suelto. Así pasó con Ace Combat 5 y 0, que no los solté hasta que saqué lo más que podía sacar. (si me conocen, sabrán que de ahí viene un apodito que tengo). También poseo una Nintendo GameCube, pero aún la mantengo con un solo juego, el Rogue Squadron II. Interesante y adictivo juego basado en el Rogue Squadron (Escuadrón Rojo, como lo tradujeron al español, aunque en realidad Rogue es Bribón, o Granuja, algo así), el escuadrón al que pertenece Wedge Antillies y Luke Skywalker en Star Wars. También tengo una Nintendo64, y la tengo por dos juegos en específico: The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time, y Majora's Mask. Son unos juegazos que me encantan. Incluso los Zelda de Nintendo o SuperNintendo ya eran interesantes, y con la gran mejor gráfica y el potyencial del juego, los de la N64 son espectaculares. Creo que con las sagas de Final Fantasy, The Legend Of Zelda son los juegos que más me gustan de todo el gran catálogo que tengo, sumando todas las consolas. Claro, tengo los Tomb Raiders, tengo los Gran Turismos, tengo los Metal Gear Solids, los Resident Evils, etc etc. Grandes sagas de juegos, pero los FF y los Zelda, claramente son mis favoritos.
Ahora hay una nueva generación de consolas, pero aún no me hago con ninguna de ellas, por el vil dinero, y proque ahora no las necesito o no las quiero. Pero probablemente las querré, y quizás las compre. Será que se me está pasando el amor por los juegos? O es una clara señal de que me estoy poniendo viejo? (al menos mi corazón siempre fue viejo, pero no yo entero :S)...
Los juegos de video han marcado importantes etapas en mi vida. Claramente no son lo más importante, pero son lo los hobbies y cosas que más me gusta hacer...

REK.

lunes, 21 de julio de 2008

Las Cosas Que Me Gustan.... Cómics

Portada de Batman: The Killing Joke, por Briand Bolland, de la DC Comics

Sí, me gustan los cómics. No se si muchos lo sabrán o no, pero me gustan. Y desde hace muchos años. No puedo decir que desde niño, porque cuando lo era no leía cómics. Creo que leía esas cosas de Tío Rico, o Pato Donald, pero son más consideradas historietas infantiles que cómic propiamente tal. También recuerdo que existía una editorial que sacaba números de Iron Man, o Hulk, creo. Editorial Pincel, algo así. Pero no era afisionado.
Mi interés por los cómics partió por el año 95, o algo así. Estaba yo estudiando, pero no en el liceo, y se realizó un evento conocido normalmente como la Semana de Aniversario, y se desarrollaban muchas actividades, como partidos de baby-football, campeonatos de juegos típicos, disfraces, etc. Allí un compañero mío, el infaltable “Feña”, andaba con un cómic de Batman, y de puro sapo se lo pedí prestado para echarle una ojeada. La verdad que Batman es un personaje que siempre me interesó, asi que empecé a leer la historia. Y claro, para quien domina éste tema, si digo que el cómic era Batman: The Killing Joke (o La Broma Asesina, como se llamó acá), entenderá por qué considero que mi “ingreso” al mundillo de los cómics no podía partir de mejor forma. Un relato espeluznante de cómo (posiblemente, pues ni él mismo lo recuerda bien), el Joker (el Guasón en versiones latinas) se convierte en lo que es. Y trata de demostrar a Batman, su eterno rival, que la única diferencia entre un tipo cuerdo y uno loco, es un mal día (algo que, si lo miramos fríamente, no está tan lejos de la realidad). Me impresionó la trama, y más me impresionaron los dibujos. Dibujazos, más bien. El guión corre por cuenta del genial escritor inglés Alan Moore, y los lápices a cargo del maestro Brian Bolland. Nota aparte merece el chiste que The Joker le cuenta a Batman al final, y la reacción del propio encapotado frente a ello.
Volviendo a mi lectura del cómic, llegó el momento en que el Feña me pidió devuelta el cómic, pues debía irse, o qué se yo. El problema es que aún no terminaba de leerlo, y quedé con la historia a medias. Pasaron los días, y mi compadre Feña nunca me trajo la revista para seguir leyéndola. Entonces, hice algo que marcó un antes y un después, y decidido partí al centro y compré en un kiosco el cómic de Batman, para terminar de leerlo. Como dije, la historia es terrorífica pero excelente (claro, es un guión de Moore) y cuando terminé de leerla, me dejó con un “sabor” extraño. Sólo quería saber más, leer más, y aprender más de Batman, pues consideré que era (es) un personaje demasiado interesante como para pasar por alto algún detalle de su historia. Entonces empecé a buscar otros cómics de Batman, para entender mejor su historia, y sobre todo las historias de sus enemigos.
De ahí en adelante no pude parar de buscar y consumir cómics. La verdad es que cuando empiezas a leer un personaje, tarde o temprano te das cuenta de que se cruza con otros personajes, y entiendes que de ese otro personaje no sabes mucho, por ende, tienes que aprender del otro personaje, tanto su historia, como su actualidad en los cómics. Eso te lleva a meterte más y más en este mundillo, y terminas dominando muchos héroes y villanos, y muchas historias, que te son necesarias para entender otras historias, y así sucesivamente.
Por la época que compré The Killing Joke, estaba también apareciendo la ya mítica Muerte de Superman. Un golpe por donde se le mire, tanto monetario, como de publicidad, y que hizo que muchos ojos voltearan a ver los cómics como un producto interesante además de rentable.
Pero a ver, dejaré algo en claro. Nunca me gustó Superman. Es interesante el fenómeno que se produce con éstos dos íconos del comic-art mundial, Batman y Superman. Quienes gustan de Superman, posiblemente también les guste Batman. Pero quienes gustan de Batman, siempre terminan odiando a Superman. Por qué? Las razones pueden ser muy diversas. Pero al menos mi caso (y supongo el de muchos), es que Superman siempre mantuvo, durante series animadas de los 60 y 70, y las películas (que nunca ví, por las razones “lógicas”), una actitud de un cuasi dios sobre la Tierra, donde los humanos y demás seres, somos inferiores a él. En cambio Batman, es un tipo normal, que decide convertirse en un vigilante para ayudar a otros a que no pasen lo que él pasó. Como muy bien se describe en un cómic llamado Kingdom Come, uno es un ser que vino de otro planeta con poderes muy superiores, los poderes que todos quisiéramos tener, y el otro es el ícono de la búsqueda y la perfección humana en su máximo grado. Pero no siempre las mentes grandes piensan del mismo modo. Así mismo, entre ellos hay una relación un poco tirante, pues Batman, al no poseer poderes, no puede darse el lujo de usar mallas colorinches, puesto que las balas no rebotan en su pecho, sino que lo atraviesan. Pero Batman es tan astuto, que el mismo Superman le teme en ese aspecto.
Eso me lleva a recordar uno de los íconos del comic-art mundial, un cómic que cambió una época, y marcó una diferencia tan sustantiva, que de ahí en adelante nacio toda una gama de creaciones de similares características. Una historia donde Batman y Superman se enfrentan mano a mano, con devastadoras consecuencias. Un comic-book altamente recomendable, que recomiendo leer tanto a quienes gustan del cómic, como para quienes gusten de leer libros. Se titula Batman: The Dark Knight Returns (en algunas ocasiones sólo se denomina The Dark Knight , El Señor de la Noche, o simplemente DK). Escrita y dibujada por Frank Miller, y coloreada por su mujer, Lynn Varley, DK nos relata la historia “ficticia” de un Bruce Wayne ya retirado, cincuentón, pero que debe, por diversas razones relatadas, volver a vestir el Manto del Murciélago, pero se da cuenta que ya es viejo, que tiene más grasa que músculos, y debe empezar un entrenamiento y luchar contra sus propios años, para volver a ser Batman. Interesante desde el punto de vista social y político, pues lo hace enfrentarse a su viejo amigo/enemigo Superman, en una lucha sin cuartel, y con un Superman que sige joven, pero vendido al sistema y ahora convertido en la principal arma de ataque y defensa del gobierno de los Estados Unidos.
Así, de esa manera, y con cómics de esa categoría, entré en el mundo de las viñetas y los trazos. Donde no sólo debes aprender y conocer las historias de los villanos y de los héroes, sino sus ideas, sus intenciones, historias de lugares, y de situaciones. Pero también debes aprender sobre dibujantes, entintadores, coloreadotes y guionistas. Porque no es lo mismo un dibujo de Bolland, que un dibujo de Miller. Pueden ser grandes dibujantes, reconocidos, pero sus trazos son diferentes. Y claramente no es lo mismo el entinte de Manley, o Jones III, que el de Janson (que es un asco). Con el tiempo aprendes a leer historias no sólo por su personaje, sino también por quién la escribe. E incluso por quien la dibuja. Y me refiero a todo tipo de cómics. Pues, como era esperable, no existe solo el género superheroico, sino una amplia gama de historias que contar y dibujar. No todo es golpes, garras de adamantium, anillos esmeraldas, supervelocistas, super-mujeres (en todo sentido!), o desquiciados mentales.
Existen diversos cómics que tocan otros temas, que tienen otros personajes, y que son tan o más, interesantes que los que el común de la gente conoce. La editorial americana DC Comics, tiene una línea editorial completa para los cómics diferentes, y clasificados netamente para adultos. No porque contengan material de tres equis, sino por el contenido más extraño, menos digerible en primera instancia, o más adulto que poseen. No es lo mismo leer a Superman, que leer a Hellblazer. Por ahí va la cosa. DC sacó varias series grandiosas, que claramente eran diferentes al género superheroico, y que debían ser agrupadas en una línea editorial aparte. Series como Swamp Thing, Hellblazer, Doom Patrol o The Sandman, fueron los primeros títulos que ingresaron a la nueva Línea Vertigo, de la DC, dando paso a innumerables series y cómics, con un contenido diferente, y hechos por guionistas que hicieron cambiar la mirada que el mundo tenía de las viñetas. Tipos como Grant Morrison, Neil Gaiman, Alan Moore o Jamie Delano, son tipos que marcaron un antes y un después en el cómic popular.
Los cómics nos cuentan historias fantásticas e increíbles, de seres poderosos y de luchas intergalácticas, y otras veces nos relatan hechos verídicos y partes de la historia de nuestro planeta. Pero lo que más nos cuentan, son los sueños de sus creadores, y los sueños de los mismos personajes que salen escritos y relatados en ellas. Y ya sabemos que los sueños, no mueren. Sólo se duermen sobre sus propios sueños. Y un ser que no sueña, no es nada.

REK.

miércoles, 16 de julio de 2008

Las Cosas Que Me Gustan... Música

Carátula del disco We Are The Night, de Chemical Brothers

*(Texto extraído de mi Flog, y ampliado para el Blog)*
Metal-Sound-Funk-Lórico.
Algo así sería un estilo que me definiría en lo que a música respecta.
Recuerdo que empecé a escuchar algo de música en los finales de los '80. Sonaba algo como Pet Shop Boys, Joan Jett, Duran Duran, Poison, y Guns N' Roses, entro otros que no recuerdo. Los gunners fueron los que más me quedaron de todo ese abanico de grupos y solistas que sonaban. Empecé entonces a poner más atención en las radios (grande Radio Galaxia, con un Leo Caprile jovencito), a ver si salían más temas de ellos. Claro, no tenía idea de rock o de metal o de nada, pero me gustaban. Mi primer regalo que tuvo que ver con música, fue el "Lies", el segundo cassette de GNR, donde venía Patience, y esas cosas. Me lo regalaron mis papás para un cumpleaños, y recuerdo que en un principio no supe de qué grupo era el cassette, ya que no conocía la carátula del nuevo disco. De ahí en adelante comenzó una vertiginosa carrera por escuchar y aprender más de música, aunque en un principio no eran tan "apasionado" por ella. Ahora soy un tipo que escucha muchas cosas, y de distintos tipos. Sin exageraciones, paso de GNR hasta Cachureos (quién no ha cantado canciones de Cachureos po!), desde Vivaldi hasta Los Hijos de Putre (dije que era freak), desde Cantos Gregorianos hasta Música Toplera. Desde Enya hasta música Sound.
Entienden a qué me refiero?.
Eso. Escucho mil cosas. Y no me importa. No me encasillo en ningún estilo ni género ni nada parecido. Una vez hace mucho tiempo, a una amiga le comenté por teléfono, le dicté más bien, lo que tenía en mi lista de reproducción de WinAmp. Me dijo "la cagaste!". Supongo que se refería a que tenía de todo un poco, y bien mezclado.
Hay cosas que no escucho, debo decir. Hip Hop, Rap, REGAYtonto, y cosas así. Es mierda. Es bodrio. Es vomitivo. "Moda", que le llaman. Me refiero al reggeton. Hip Hop y Rap son diferentes, pues son un movimiento casi cultural de los neggers del Bronx. Pero lo otro es claramente una MIERDA. Y recuerdo que de eso ha habido siempre, y seguro seguirá así. Antes estaba King África, que era una mierda de "música", pero al final me acuerdo (estoy mal). Extraño, pese a lo malo/a que pueden ser ciertas cosas, me acuerdo igual. O es porque siempre nos acordamos más de lo malo que de lo bueno.
He ido a recitales, claro, quién no?. Porque escuchar música en vivo es muy diferente a un cassette o un CD o un MP3, obviamente.Veamos si recuerdo. Sol y LLuvia (quedaba duda de mi "tendencia"?), Creamfields (genial y con lluvia!), Los Tr3s (hasta los vi en el 1215 cuando eran muy poco conocidos, y la entrada era una fotocopia timbrada!), CafetaCvba (genial Cosme, o como quiera que se llame ahora), Los Prisioneros (cuando volvieron, y después con Cafeta), etc etc etc. He ido casi a todas las Yein Fonda que organizan Los Tr3s (o los Petinellis en su tiempo).
Las Yein Fonda son algo especial. Como una tradición de ir todos los años allí y disfrutar de la música y el grato ambiente. Cuecas, foxtrots, tangos, boleros... Recuerdo cuando tocaron "Esa Noche", los Cafeta, el Pollo Fuentes y algunos Ex Tr3s. Casi lloré. (Es mi declaración de principios ese tema, ya lo puse en un video anterior acá).
Me gusta Chemical Brothers; big beat. Me gusta Guns N' Roses; rock. Me gustan Los Tr3s; rock y folklore nacional. Me gusta Beethoven; clásica. Me gusta Chancho en Piedra; funk-rock. Me gusta Metallica; heavy metal. Me gusta Primus; rock-fusion. Me gusta Cachureos; música "infantil" y también 31 Minutos (grande Bodoque!). Me gusta el rock-pop latino de los 80-90 (Soda Stereo, Emociones Clandestinas, Valija Diplomática, Virus, Etc Etc...). Me gustan los Cantos Gregorianos, y escucho las canciones califas como Lady Mermelade (Moulin Rouge), o la Gimme More (Britney Spears) (sí, eso es malo, pero te imaginas una chica en el caño, con ese tema? Ah, ya nos entendemos :) ). Me gusta la música altiplánica de Los Jaivas, o Sol y LLuvia, y me gusta Amar Azul y Garras de Amor, o Tropical Sound sound sound :P
Con el paso del tiempo, he ido aprendiendo más de los grupos, de sus historias, y de la misma música. Cada día se agranda más la carpeta "Música" de mi Disco Duro. Aprovechando la gran Banda Ancha del trabajo, bajo muchas cosas, discos completos de música. En la casa igual, pero en menor contidad. A veces pillo un grupo que me tinca, y empiezo a buscar tenas e información, como para saber de qué hablar si debo exponer puntos de vista, y/o para comprender mejor lo que me gusta. Ya saben de mi pasión por aprender y buscar información, que para mi es algo necesario. Necesito nutrir mi cerebro con conocimientos e ideas.
Ahora estoy bajando bandas sonoras, en especial de algunos juegos que me gustan. Las bandas sonoras de juegos son muy importantes para el desarrollo del mismo, y algunos temas son de culto, como por ejemplo One Winged Angel, tema que todos asociamos a Sephiroth, el villano de Final Fantasy VII. También he buscado música más antigua, de los llamados "zorros del rock", como son Rob Zombie, Alice Cooper, o el eximio guitarrista Santana. Quizás nunca llegue a tener discografías de estos tipos, pero al menos tengo unos buenos temas que ma hacen tener una opinión respecto a ellos y a su música.
Sería larguísimo enumerar a todos los grupos, o bandas, o solistas, o músicas en general que escucho. Sólo baste decir que me gusta, que me apasiona, y que siempre ando ávido de conocer más, o buscar más de lo ya conocido.
Y, resumiendo, me declaro públicamente como un seguidor del Metal-Sound Funk-Lorico.

REK.

lunes, 14 de julio de 2008

Las Cosas Que Me Gustan... Autos.

Dodge Charger R/T 440 del '69, el General Lee

Sí. Muchos ya lo sabrán, otros no. No sé. Pero me gustan los autos.
Recuerdo que cuando chico, cuando daban la Fórmula 1 en el canal 7, la daban temprano en las mañanas, y yo prendía la tele y en vez de ver monitos (como todo cabro chico de la época), me ponía a ver el principio de la Fórmula 1. Pero espués como que me aburría, y veía monos, y después volvía a sintonizar el 7 para ver las últimas vueltas de la carrera. Algo era algo, creo yo, aunque no tuviera la pasión como para verla entera. Estaban por esos años el auto negro del equipo John Player Special que me gustaba y que más encima pilotaba el gran Ayrton Senna, el auto blanco y rojo de Alain Prost auspiciado pro Malboro... La verdad no conocía mucho del mundo de la F1 aún, era chico y más encima el nivel de acceso a la información no es el mismo de ahora. pero me gustaba, y fueron mis primeros tiempos de contacto con los autos.
Sí, me gustan. Pero me gustan los autos grandes, no de tamaño, sino de "grandeza". Porque aunque un Ford T puede parecer feo, o arcaico ahora, es un auto grandioso, que marcó un antes y un después. No tanto pro su diseño, sino por lo que significó para la industria la revolucionaria idea de Henry Ford. Y para estar en la actualidad, el Caparo T1 es un auto un poco pequeño, pero de unas prestaciones casi de otro mundo, lo que lo hacen un gran auto. Se entendió la idea?
Con los años, y al adquirir mayor conocimiento, me he ido interiorizando más en el tema de las tuercas. Lo que no domino mucho, y no es mi mayor preocupación también, es la mecánica. No es mi estilo, prefiero manejar el auto, que arreglarlo. Claramente hay que tener algunos conceptos claros para entender más el tema de los autos, como los turbos, los caballajes, cilindradas, tipos de motores, y cosas así, pero mayormente no me preocupa mucho.
Creo que soy un gran fan de los Muscle Car americanos. Autos grandes, con motores enormes y potentes, que generaban endiablados caballos de fuerza, y que rugen de manera ronca y grave. Me gustan sobretodo por la serie de los Dukes de Hazard, donde la estrella principal era el General Lee, un Dodge Charger de 69 con brutales 383 caballos de fuerza, producidos por un enorme motor V8. Era una serie, claro, pero el auto era real, y lo que hacía era real. Su motor y caballajes eran reales. Tan reales, que los de Dodge ganaron campeonatos de la NASCAR con el Charger del 69. El otro ícono por excelencia de los Muscle, es el Mustang. Un potentisimo auto diseñado por la Ford, y que tenía la ventaja de ser más barato que muchos de los autos de la época, y con las mismas prestaciones de un Muscle de tomo y lomo. Todo el mundo quería tener un Mustang, y aún hoy habemos muchos que lo queremos. Se hizo más popular cuando el corredor de autos, Carrol Shelby tomó al Mustang y lo acondicionó para entregar muchos más caballos de los que ya traía el modelo original. Nacía el mítico Mustang Shelby Cobra GT350, al que pronto le siguió el legendario GT500, que podemos ver como Eleanor, en la película 60 Segundos. También estaba el poderosísimo Pontiac GTO, un autazo por donde se lo mire, y que podemos disfrutar en Fast And Furious, donde aparece como un elegante y potente sedán negro con motor exterior, conducido por Vin Diesel. También estaban en esos años los potentes autos de la General Motors: Corvette y Camaro. Aunque el modelo Camaro desaparecería con el tiempo, permitiendo el gran desarrollo de los Corvettes, los que hasta hoy se fabrican y participando en diversas competencias del mundo. Motores poderosos, roncos, normalmente de configuración V8, son los que caracterizan a la "familia" de los Muscle Cars. Pura potencia americana.
Pero también están los autos japoneses, que entraron al mundo de las ruedas cuando los americanos empezaron a preferir autos más pequeños, y con más comodidad y seguridad. Sin embargo, los autos japoneses también tienen su reputación en lo que a potencia se refiere, y ejemplos de ello son el Toyota Supra, el Nissan Skyline, el Mitsubishi Lancer o el Subaru Impreza. Todos son autos que en las versiones especiales, son autos muy potentes, con motores de gran caballaje, y con prestaciones excepcionales. Y más encima, son autos de casa, de 4 puertas en algunos casos, por lo que puedes llevar a la familia sin problemas. Hay un montón de autos grandiosos de los japoneses, modelos y marcas que son nombres propios, y que, para un conocedor o fanático de autos, evocan memorias, recuerdos, y deseos con solo nombrarlos, leerlos, o verlos en alguna revista, o página de internet. Los NSX de Acura, autos deportivos de lujo, con líneas definidas y potente motor. El muy conocido 350Z de la Nissan, perteneciente a la familia de los Fairlady, que ocupan mucho actualmente los tunners del mundo, y en varias competencias de turismo y carreras en general. Los autos de la competencia de Rally, como los ya nombrados Imprezas y Lancers, apoyados por los modelos de Suzuki, en especial el bestial Escudo Pikes Peak, desarrollado especialmente para esa competencia, con más de 700 caballos de base. Líneas aerodinámicas, motores potentes, y sonidos menos roncos que los americanos, son las claves de un auto nipón.
Los europeos también tienen mucho que decir en este cuento. Baste recordar que muchas de las marcas, son los apellidos de famosos corredores de la Formula 1 de antaño, y que terminaron produciendo sus propios autos, y ahora son industrias gigantescas que producen autos excepcionales y de lujo. Ferrari, Porsche, Mercedes-Benz, McLaren, BMW, Lamborghini, Maserati, Audi, Peugeot, Bugatti, Lancia, ALFA Romeo... Quén alguna vez no admiró, por ejemplo, la elegancia y el diseño sobrio de un Rolls-Royce?. Un auto que no necesita mostrar velocidades punta elevadas, pues su sola presencia ya asegura que nos daremos la vuelta a mirarlo embobados. A menos que cerca estuviese algún modelo de Bentley. Ahí uno como que duda para donde mirar. Ferrari desarrolló sus autos para competir en los grandes premios, y después su empresa terminó desarrollando autos deportivos preciosos, y qye tienen ahora gran historia, como un Testarossa, o una 333 SP, o la F40 o la F50, o una GTO, y actualmente las Enzo o la Maranello, la FXX, modelo de carreras de la Enzo, que sólo podremos ocupar en pistas, y a la que podremos acceder sólo si somos dueños acreditados de otras dos Ferraris originales, nada de usadas, o la favorita de las cometencias de turismo actuales, la Ferrari 430 GT. Posche también fue corredor de Grand Prix, y también terminó desarrollando sus autos de competición, y finalmente autazos, como el mítico 911 Turbo. Actualmente están el Cayman S, el Boxter, o el excelentísimo Porsche Carrera GT, deportivo de lujo, a techo descubierto, y que vuela por las calles. La historia de Lamborghini es curiosa. Él era cliente de Ferrari, pero cuando uno de sus autos no le gustó y quiso devolverlo, y Ferrari no se lo permitió, decidió montar su propio negocio de autos. Y ahora, es la principal cmpetencia de Ferrari en lo que a autos deportivos de lujo se refiere. Ironías de la vida. Lamborghini saltó a la fama con el Miura, un verdadero toro de con ruedas, bestial y deportivo. Al que siguió el Countach, oposición clara de Lamborghini a la F40 de Ferrari, y posteriormente apareció el Diablo SV, deportivo ya clásico. Actualmente tenemos los "lambos" Gallardo, Murciélago LP640, y el último, el Reventón. Si bien Lancia no existe ya, sus autos generaron altos ingresos y terminaron por ser los favoritos de los circuitos de rally europeos. El Stratos, el HF Integrale, son los autos que eran tan potentes, que los propios pilotos temían de manejarlos en el rally. Audi es la unión de varias empresas automotrices, y participaron en algunos GP de antaño. Ahora producen autos deportivos de lujo, como los TT y actualmente el R8, aunque también tienen modelos más "normales", como los A3, el A4 o el mismo TT, que aunque es un deportivo de lujo, no es tan potente como otros de su especie. Aunque claro... Quién no quisiera tener un TT en su garage. En europa se desarrolló el genial McLaren F1, co-producción de McLaren y BMW, que rebasó los 386 km/h, siendo por muchos años el ostentor del título de auto de producción más rápido de mundo. Sin embargo, éste título se lo arrebataría el Koenigsegg CCX, que a su vez lo perdió con el Bugatti Veyron EB16.4, quien rebasó los 408 km/h. Se dice y se rumorea, que el título que tiene el Veyron, será arebatado pro la nueva bestia del asfalto: el SSC Ultimate Aero TT, pero aún no se han visto resultados oficiales. Los autos europeos, en especial los ingleses, se caracterizan por la elegancia, el diseño bellísimo de las líneas de sus autos, y por el confort y la seguridad que poseen, como muy bien lo demuestran Volvo, Jaguar, TVR o la conocida Aston Martin, casa de los autos de James Bond, donde la estrella actual es el Aston Martin DBR9, participante de muchas de las categorías de automovilismo actual. Motores normalmente de configuración V10, sonidos graves, elegancia y lujo, caracterizan a los ingleses, mientras que la aerodinámica, los motores V12 y los rugidos más agudos, son ícos de los italianos. Mención aparte merece la francesa Peugeot, que desarrolla autos de casa y baratos, como los modelos 206 o 307, y llegan hasta los de alta competición, como el potentísimo Peugeot 908 HDI-FAP, que estuvo a 2 minutos de robarle la victoria al AUDI R10 en las 24 Horas de Le Mans de éste año.
Se que se me quedan mil marcas y mil modelos en el tintero. Éste es un mero esbozo de lo que hay en relación a autos y lo que me gusta. Podría estar horas y líneas poniendo las marcas que a uno le quitan el sueño, y los autos que más admiramos y deseamos. Pero sería extenderme más. Y eso sin contar que muchas otras series o películas, cuentan con autos que son clásicos.
De las cosas que me gustan , los autos claramente lo que más me gusta.

REK.