miércoles, 20 de enero de 2016

NO-Verso Nº 4

NO-VERSO Nº4


Olethros

Una vieja leyenda no muy conocida, sabida apenas por un puñado de entidades, y cuya verdad siempre ha estado en cuestionamiento, pues hay cosas en las que mejor no inmiscuirse, dice que dentro de una familia muy particular, hay uno de ellos llamado "el hermano pródigo".
La razón de tan curioso título, por así decirlo, es su abandono del núcleo familiar (aunque aquellos hermanos nunca han sido lo que una familia dicta ser, seamos claros), y abandonó sus responsabilidades para siempre, argumentando que su función, su trabajo, perfectamente se hacía sólo, no necesitaba que nadie lo dirigiera ni lo orientara.
SI hay algo que el mundo me ha enseñado, a través de los años, es que las cosas siempre siguen su curso, para bien o para mal, y que cada cual es responsable de ello, nos guste o no.  Esto, más o menos, vendría a avalar la idea anterior, de que nadie necesita estar pendiente de ciertas cosas, pues fluyen en el tiempo, se cumplen a cabalidad, no dependiendo de nadie, al parecer.
Por qué la gente se empeña en destruir las cosas? No lo sé. Está en su naturaleza, quizás. Pero siempre lo hacen. Personas que después (o antes), se quejan justamente de lo que en el futuro ellos mismos(as) hacen. O personas que piden algo que tampoco son capaces de dar, o que no están interesados en dar.
Una tarde, caminando por una poco concurrida calle, casi solitaria, me encontré con un tipo alto, contextura fuerte, apariencia un tanto descuidada, cabello largo rojizo con una cola mal atada en la nuca. Me preguntó la hora y se la dije. Miró al cielo y me dijo algo sobre el sol y la temperatura, a lo cual asentí con un movimiento de cabeza. No recuerdo cómo, probablemente haya sido lo menos importante de la jornada, pero terminamos hablando con este tipo, un largo rato, y me dijo muchas cosas que cobrarían sentido para mi tanto por hechos ya ocurridos, como por hechos que aún debían ocurrir. Me dijo que a veces se sentía ínfimo en el vasto cosmos, pero que de igual modo prefería seguir con su existencia, por buena o mala que fuera (incluso entonces me pareció raro que no ocupara la palabra "vivir" o algún derivado, pero no le presté mayor atención a ello).

- Nuestras existencias se definen por una cadena de eventos, importantes todos, que se van entrelazando, y que van acompañadas de diversos cambios, a nivel físico, mental, sentimental, etc. Y esa es la clave de todo, amigo mío, los cambios. Los cambios son parte de la vida, como la muerte, y hay que aceptarlos. Todo muta, todo cambia, y hay que afrontar esa ineludible realidad. Los cambios, por definición simple, son una destrucción de algo, para que otro "algo nuevo" exista. Nada permanece eterno, inmóvil en el tiempo y en el espacio. Todo cambia, se destruye. Y eso es así, y será así, por la vida que tenga este universo.

Sus palabras, como dije, cobran mucho sentido, incluso hoy. No se por qué me las dijo, pero tenía razón. La gente, para bien o para mal, siempre termina destruyendo, y eso produce los cambios.
Nos despedimos, lo vi doblar una esquina, y nunca más he sabido de él, o lo he visto siquiera,
No se.
A veces pienso que todo sería más simple si las personas realmente dijeran las cosas como las sienten, como las piensan. Si actuaran de acuerdo a sus principios, a sus ideas, acorde a sus pensamientos, todo sería mucho mejor.
Una vez me hicieron esperar muchos años, con promesas de amor eterno, de convivencia juntos, de felicidad, de compartir... Hasta que llegó el momento de hablar de hijos. Nunca más supe de ella.
Una mierda, claramente. Podría decir otros apelativos, pero en esta sociedad de mierda se te condena a ti por decir las cosas, y no condenan a quien las comete. Manga de cínicos.
Viví años esperando concretar una relación que iba a tener un fin incierto pero decisivo. Perdí opciones de conocer otras personas, por mantenerme firme, fiel, enamorado y por querer vivir con aquella mujer, la que me pagó como te pagan todas. Con NADA. NO me arrepiento, pero tampoco es que me guste recordar el tiempo que perdí (si, lo perdí, porque pese a todo lo vivido, sólo me quedé con recuerdos, no con algo concreto). Y tampoco es que a estas alturas ya me sobre el tiempo, hay que decirlo.
Por eso me gustaría que las cosas fueran diferentes, fueran sinceras, para saber si estoy bien, para saber que voy bien, para saber que estamos bien, para saber que vamos bien.
No quiero quedarme a mitad de camino solo, caminando al horizonte con un sol rojo murendo en la distancia.
Pero la gente se empeña en destruir. Lo que me da pie a pensar que aquel personaje que encontré en aquella calle de aquel día, y aquel ser de la leyenda, tenían razón. Pues sin un mando, sin un control, la gente, el mundo, se destruye de igual manera.

REK.