miércoles, 19 de noviembre de 2008

Citas Y Pensamietos...

Starman Vol.2 Nº5, Última Página, DC Comics

A lo largo de mis lecturas, mis horas de películas, o mis somnolencias escuchando música, he encontrado frases o citas, las cuales si bien no son las clásicas frases o citas de autores famosos, o las de un prestigioso matemático, o un empedernido estudioso de la vida, son las que más me han hecho pensar, sobre la vida, y sobre mi propia existencia. Son frases, párrafos, estrofas, citas, líneas, o apenas dos o tres palabras, que si las piensas bien, si las analizas, tienen una connotación particular muy especial. Pasaré a dejar algunas, y espero que los/as haga pensar, reflexionar, como a mi. Muchas son sacadas del mundillo de los comics, que saben que me gustan y que es lo que más leo. Pero sirve para demostrar que hay mucho contenido en ellos. Oras son de películas, pero no esperen ver ganadoras de óscares en mis gustos. Otras son música, donde ya saben la variedad que tengo respecto al tema. Como aclaración obvia, debo decir que ésto es bajo MI propio punto de vista. Sin pretender que sea generalizado. Pero algunas debrían serlo... creo.

"Hay siete formas de contraatacar a un hombre. Tres de ellas desarman al mínimo contacto. Tres de ellas matan. Y una... Duele". Batman, en Batman: Dark Knight Retuns.
La forma que duele, es cuando Batman le da una patada a un tipo, descalabrándole la columna. Eso realmente debe doler, me imagino. Pero más allá de eso, indica que a veces, dentro de las diversas soluciones posibles, debes tomar la más dolorosa, la que más cuesta, pero la que más te puede ayudar en el momento. Algo extremo, quizás, pero efectivo.

"Todos vivimos lo mismo. Una Vida. Ni más, ni menos". Muerte, en Sandman: Brief Lifes.
Qué se puede decir de ello? Sólo que es una gran verdad. Y que nadie se detiene a reparar en aquella verdad. Por muy larga, o corta, que sea tu vida, vives lo mismo: una vida. Sin duda, una de las frases más representativas de lo que Muerte opina sobre si misma y sobre su trabajo. Y que me llegó desde que la leí. Muerte sin dudad es de los personajes más queridos, por la propia folosofía que ella suele indicar y fomentar.

"No es lo que se dice, sino cómo se dice". De la cultura popular.
Algo muy cierto. Muchas veces nos enfrascamos en discusiones, no sólo pro lo dicho, sino por el tono o la intención con que se dicen las cosas. Lamentablemente, el medio de la Internet no provee un sistema fidedigno de aclaración del tono o la intencionalidad usada en frases, y sólo debemos leerlas, basándonos en estados anímicos supuestos, o vagamente confirmados.

"Y no espero nada de la vida, para no frustrarme". Tema Sólo por Hoy, de Azul Violeta.
En realidad, analizándolo, uno puede llegar a estar de acuerdo con ese planteamiento. Y es muy valido, porque al no esperar nada, o al menos nada "especial", lo que sea que descubras, o te toque, como se dice, te va a gustar o te va a sorprender. Soy amante de las sorpresas, pero de las agradables.

"Ahora que sabemos quién eres tú, sabré quién soy yo". Elijah Price (Samuel L. Jackson) en The Unbreakable.
Una excelente película de M. Night Shayamalan. El personaje se refiere a que ahora que ha probado que David Dunn es un "héroe", él descubre que es un "villano". Eso nos dice, claramente, que a veces debemos saber a quién o a qué nos enfrentamos, para saber nuestras capacidades, o lo que nosotros mismos somos. O también lo que "necesitamos" ser.

"Tengamos una bonita relación Tú No Me Jodes, Yo No Te Jodo". Seth Gecko (George Clooney) en From Dusk Till Dawn.
Una excelente y sangrienta película de Robert Rodriguez. El personaje se lo dice a su secuestrado, un ex pastor, para dejarle claro de que, como supondremos, si él se comporta como corresponde, no tendrían pro qué haber incidentes mayores. Esto es muy aplicable a muchas cosas de la vida, donde si a ti no te molestan, tu claramente no deberías molestar. Muy simple.

"Desea en una mano, y caga en la otra. A ver cuál se llena primero". Wilkinson en Sandman: A Game Of You.
La verdad es como vulgar, pero no tiene nada de errado. Pese a que soy un tipo que le gusta soñar, porque los sueños dan forma al mundo, también sé que a veces los deseos, o los mismos sueños, son tan intangibles, que no podemos aferrarnos a ellos. Que la realidad es mucho más latente y tangible. Eso es lo que nos dice esa frase.

"La única vez que tuve la razón, fue cuando pensé que me había equivocado". Una amiga en su MSN.
Es complicada. Poco entendible en un principio. Pero buena. A veces nos enredamos tanto, y las cosas son más simples de lo que parecen. Y también es cierto que muchas veces creemos estar equivocados, porque alguien lo dice, y no nos convencemos de que estamos en lo correcto.

"Caer no duele. Duele cuando paras de hacerlo". John Constantine en The Sandman.
Qué tal? Pero si es absolutamente obvia!!! Pero.. Quien se había detenido a pensarlo de esa manera? Yo estoy seguro de que nadie. Da para pensar mucho, en especial en las cosas obvias de la vida, y que nunca reparamos en ellas.

"Gasté un montón de dinero en coches, alcohol y mujeres. El resto, lo malgasté". George Best, antiguo medio campista del Manchester United FC.
Si hay un tipo, que dijo una frase célebre, y que es ídolo, es George Best. Más encima estuvo con 3 Miss Universo!!!. La verdad, últimamente he pensado en su frase, y ojalá uno tuviera la oportunidad de poder decirla con los años. Grande George!!

"Por qué iba yo a andar comprando almas, como una mujer compra pescados en el mercado?". Lucifer, en Sandman: Season Of Mist.
La verdad es que yo siempre he creído algo similar. Y cuando lo leí, "tate", me dije. Eso era lo que yo quería decir. La verdad es que, si creemos en éstas cosas, no tiene sentido de que el Diablo, o Lucifer, o como quieran llamarle, ande comprando almas. Creo que es la justificación masiva (y barata), para tus propios malos actos, o los que tu consideras que te llevarán al Infierno (si crees ene sas cosas, claro). Tu solo ya te condenaste. No hacía falta venderle el alma a nadie.

"Ahora soy yo quien toca la música, y tú bailas para mi, hijo de puta. Y si yo te digo "mierda", tu me dices "de qué forma, reverendo?"". El reverendo Jesse Custer, en The Preacher.
Es muy agresiva la frase, y es muy visceral. La verdad, hasta de mal gusto, lo consideraría mucha gente. Pero el tras fondo de ella, es simple. Venganza. Desquite. Si me heriste, yo te hiero más. Si me dañaste, yo te daño más. Tampoco es que la venganza sea buena. Pero a veces, yo lo sé, es necesaria. Creo que indica el muy humano sentimiento de "ahora me las pagas".

"Quienes me pisáis, ved cómo sois; así fui yo; como yo seréis. Preparaos para la Muerte, pues todos me seguiréis". Una lápida aparecida en Starman.
La verdad es que me llegó mucho ese epitafio. Y supongo que a mucha gente le pasa lo mismo. Es como desconcertante a primera impresión, y peor cuando la analizas. Nunca sabrás cómo fue el tipo que está allí, bajo tierra... Pero sí sabes que terminarás como él, muerto. Hayas sido, como hayas sido. Hayas hecho lo que hayas hecho.

"Sólo hay dos clases de tontos. El que presta un libro, y el que lo devuelve". De la cultura popular.
La verdad es que es contraproducente esa frase. Y al final sólo te indica que TODOS somos tontos. Pero va más allá de eso tan simple. Es para indicarnos que realicemos las acciones que realicemos, sólo seremos nosotros mismos. Nadie más. Aunque eso sea ser tonto. Mal que mal, todos lo son, no?

"Todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos lo mismo". Albert Einstein.
No hace falta decir nada, o sí? Sólo , que es genial.

"Hacemos lo que hacemos, pro ser quienes somos. Si no las hiciéramos, no seríamos nosotros mismos". Morfeo a Lucien, en The Sandman.
Muy simple, y muy obvia, aunque a veces no nos demos cuenta de ello. Esa fue mi "bandera de lucha" hace algún tiempo, pero desistí de esa lucha. Pero seguí siendo yo mismo. Hice lo que debía. Nadie decidió por mi. Esa es la idea. Ser uno.

"Un filósofo que se pisaba la barba, se cortó los pies". Alejandro Jodorowski en Sombras al Mediodía.
Me ha llevado mucho a pensar en esa historia de una línea, titulada como "Teoría Equivocada". Ciertamente hay veces en que hacemos lo que no deberíamos ahcer, y/o actuamos de la manera menos correcta. Lo podríamos justificar, pero seguiría siendo un error, tal vez. Pero se aplica más que nada al resto. Hay gente, si así podemos llaamrles, que intentan justificar lo injustificable, y cometen actos tan tontos, o tan irracionales, o tan premeditadamente imbéciles, que sólo debemos recordar al filósofo equivocado.

REK

lunes, 10 de noviembre de 2008

Entre Sueños y Fogatas

Todavía recuerdo la historia, tal cual me la contó aquel viejo, hace muchos, muchos años atrás, cuando yo era joven, y más idealista que ahora. Recuerdo cada matiz, cada pausa y silencio en su relato. Un relato sombrío, pero con esperanza. Su voz, si es que podía llamársele voz, era rasposa, cansada, pero enérgica. Recuerdo que mientras él hablaba, yo lo escuchaba, como todos los demás, en el lado opuesto a la hoguera, arrimados unos a otros y a la hoguera, para no sentir el frío de la noche. Se que no hacía tanto frío, pero era joven, y la voz, o lo que fuera, del viejo, nos tenía nerviosos.

Estábamos en un paraje desconocido, en circunstancias desconocidas, pero que a la vez, me parecían extrañamente familiares. La historia, relataba un amor (como si todas las historias siempre tuviesen relación con ese sentimiento), un amor extraño, un amor sin igual. Recuerdo que los personajes de la historia, según el relato del viejo, antes no eran nada. Antes de conocerse, no tenían siquiera indicio de lo que pasaría –porque según el viejo, algunas veces si sabemos, pero no vemos rostros ni escuchamos nombres- pues era algo que no los atormentaba mayormente. La razón era simple, pues ambos estaban sumergidos en sus propios problemas, en sus propios desencantos, en sus propios sentimientos, hundidos en sus pensamientos.

Que se juntaran sólo era cosa del caprichoso Destino –por qué siempre que pienso en él, el Destino, recuerdo al viejo que relataba la historia?- y de la azarosa suerte. Y del tiempo, ese condenado cabrón, que cuando debe ayudarte, se estira como un elástico, y cuando no quieres que pase rápido, se encoge como chanchito de tierra hecho bolita.

Un día se conocieron. En extrañas circunstancias –recuerdo que relataba el viejo- y en un lugar sujeto a muchas conjeturas, un mundo fascinante donde el “no-soy” o el “no-yo” suele dominar. Un lugar sin ser un lugar mismo, pero un lugar que existía en su propio lugar. Un espacio artificial, inexistente, intangible, pero odiosamente real.

Increíblemente se llevaron bien, pese a ambos estar en sus propios sufrimientos, de los cuales no hablaron como pareja hasta mucho tiempo después. Se entendieron su “idioma” de penas, de dolor, de desengaños, y se entendieron, se comprendieron. Ella sin saberlo, ayudó primero a que él intentara recuperar su amor perdido, y posteriormente también a desecharlo. Él la ayudó a sacar un poco de fantasmas de su cerebro, y a dar un motivo más importante a su corazón, un corazón que estaba muerto en vida, pero que él, sin quererlo, pero haciéndolo bien, revivió.

Esas conversaciones de antaño, de amigos, de camaradería, se acabaron abruptamente, cuando se dieron cuenta de que ambos estaban sintiendo algo muy diferente de la amistad por el otro. Ese ser ya no era solo el que conversaba, sino el que, de una manera u otra, importaba. Y también se dieron cuenta de que, al mismo tiempo de ambos sentir eso, sentían celos de que alguien se acercara al otro. Así, de esa manera poco ortodoxa, se gustaron, y se dieron cuenta de que se gustaban, y de algo más: se encantaban.

Rápidamente comenzaron su idilio, sus conversaciones cambiaron el matiz, sus sentimientos fueron creciendo dentro de ellos –y sus deseos también-, y un día, decidieron verse a las caras –en ese mundo extraño, no se las podían ver, no podían verse a los ojos- y mirarse a los ojos. Debían arreglar cosas, organizarse, ponerse de acuerdo, y esperar el día. Y lo hicieron. Se vieron. Se miraron a los ojos, y se gustaron. Conversaron, y también se dijeron muchas cosas, aunque muchas de las cosas que se querían decir se las dijeron sin palabras. También se deseaban, y en un abrazo que duraría una eternidad, que haría que el hielo más frío se derritiese, y que el fuego más caliente se apagase, se unieron, compartieron un solo espacio físico y psíquico, se amaron, se desearon, y se amaron nuevamente. Eterna y delicadamente.

Observaba yo al viejo, mientras hacía su relato, con sus pausas intrigantes, y su voz rasposa, cuando de pronto un frío recorrió mi espalda. De pronto, de la nada, supe quién era. Su figura debió decírmelo, pero intrigado en su relato, recuerdo que no le presté atención. Hasta ese momento, que él mismo calificó de sublime en la historia de sus enamorados de ficción –supongo que lo es, aún no lo tengo claro- yo estaba tranquilo, pero intrigado. Pero ahora, sudaba en frío, recuerdo que las manos me tiritaban, y eso que estaba muy cerca de la llama de la fogata. Pero, con el continuar del relato, esa sensación desapareció de mi alma, y de mi cuerpo, y sólo me quedó una paz absoluta, un descanso real, como cuando duermes después de mucho trabajo. No sé si yo fui el único que notó eso, los demás no se inmutaban, seguían la historia del viejo, ni tampoco sé si el viejo notó mi extraña sensación, pues él seguía hablando y contando aquella historia. Ahora, en ese momento, su voz me parecía lo que siempre debió ser, sus ropas, ya no me desencajaban con el ambiente nocturno, ni con la llama. Si era quien yo creía, podía ser o cierto, o un sueño. Y cierto, o real, no era. Pues pese a la llama, mi cuerpo –el real- no sentía calor. Sólo una inmensa tranquilidad.

Soñaba, entonces. El viejo seguía relatando… Sus amantes de ese mundo extraño, volvieron a verse un tiempo más, y pese a que ya no hablaban tanto de aquel pasado que los unió, seguían las conversaciones. Pero también surgieron las diferencias. Pero él la quería, y ella lo quería a él. Entonces, todo podía arreglarse. Nunca discutían, y si era así, era por poco rato, aunque algunas veces tuvieron malas semanas, o malos días, pero no al extremo de una separación. Se querían mucho. Ambos se habían ayudado tanto, y se seguían ayudando, que no pensaban siquiera en la posibilidad de que eso suyo, eso de ellos, eso que no tenía nombre, ni forma, pero que era de ellos y bien definido, se acabara.

Observador, como soy yo, noté que en el sueño –si es que era uno- estaba aclarando, por lo tanto, me di cuenta de que probablemente la historia del viejo llegaría a su fin… Pero no fue así, pues el viejo seguía su relato, interminable, eterno, con detalles. Pero yo quería que terminase, que tuviera un final, quería saber qué pasaba al final con esos amantes de ese cuento extraño, que el viejo había empezado a relatar de la nada, como si debiese hacerlo, aún sin que nadie se lo hubiese pedido. Pero inevitablemente, como era un sueño, desperté… Pero aún me retumban las últimas palabras que logré oírle al viejo mientras se me deshacía ese mundo onírico, unas palabras que no puedo sacarme de la cabeza, y que aunque quisiera, no podré… “… la Biblioteca de los Sueños… Puede visitarse…”

La verdad es que debo reconocer que más de una vez, he visitado esa biblioteca, donde están los libros e historias que nunca son y nunca serán, pero que existen. Pero, lamentablemente, nunca he encontrado algo que haga siquiera una mínima referencia a la historia del viejo, ni a su lugar oscuro, ni a su fogata, ni a sus amantes de la historia, aquella historia que no le se el final, que no se cómo termina, y que ni siquiera se si es cierta…

REK