jueves, 16 de febrero de 2012

En los Pantanos de la Realidad

II
Reconexión

Durante el regreso a casa de ella, ninguno de los dos habló nada. Ella se sentía triste porque no sabía cómo ayudarlo, y él se sentía apesadumbrado por lo que había visto. Fueron a aquella plaza a tomar un descanso, mientras él ordenaba sus ideas en la cabeza.
Estuvieron así por mucho rato, ella ya comenzaba a inquietarse al verlo mirar hacia un punto fijo aunque realmente no viera nada en específico. Tenía tantas preguntas, tantas cosas que quería saber, pero comprendía que el silencio quizás era la mejor ayuda para él.
Él mientras tanto, se daba cuenta de que era imposible obtener ayuda de ella, ya que técnicamente y literalmente no era la misma "ella" que conoció y compartió, ya que por aquella jugada casi macabra del destino o el tiempo o vaya a saber quién, no era su mismo mundo ni nada era igual.
Era compleja la situación, aparte de extraña sin duda, por lo que requería tiempo y paciencia, algo que justamente ambos estaban a punto de terminar, ya que ansiaban entender bien las cosas y los porqués.
Finalmente cuando ya había pasado casi una hora, ella sonrió y lo tomó de la mano y le dijo que lo invitaba un helado, a lo que él respondió sonriendo que si. Caminaron hasta la gelatería cercana a la plaza, y pidieron sus helados y comenzaron a caminar lentamente por el rededor de la plaza, mientras conversaban.

- Ordené los hechos tal cual me ocurrieron, pero no logro obtener ningún indicio de lo que pasa.
- Quizás falte un detalle - dijo ella
- Hee, pese a que claramente no eres la misma Hee que yo conocí, agradezco tu ayuda, y agradezco que de la nada me recibas en tu casa.
- Oh vamos, Yll. No digas esas bobadas. No seré yo la misma para ti, pero para mi es un sueño hermoso el poder compartir con alguien que enterré hace 5 años atrás.
- Ese "alguien" sigue enterrado en esa tumba - dijo él, con pesar.
- Sí, lo sé. Lo acabamos de ver. Pero también te veo a ti, caminando a mi lado, compartiendo un helado, y me dice que los milagros si existen - dijo sonriendo.

Él se quedó parado, mirando como ella caminaba casi saltando. Y si ella tenía razón? Y si de verdad el milagro era ese, ser la oportunidad de ser él mismo, en un mundo donde debía estar muerto, para darle alegría a ella? Si llegaba a ser así, sólo importaba eso y nada más. Aún así, quería entender qué pasaba, y quizás también recuperar su vida.
Pasaron los días, y ambos ya tomaban con cierta naturalidad las cosas, sin complicarse tanto y sin quebrarse la cabeza buscando pistas o soluciones. Incluso habían días donde ni siquiera se acordaban del problema, y convivían diariamente como si así lo hubiesen hecho toda la vida. Sin embargo, estaban siempre solos, nunca se hacían acompañar, ya que tendrían que dar muchas explicaciones a quienes quizás recordaran cómo era él y cómo podría ser hoy en día. Y lo peor, es que eran explicaciones que no tenían, por lo que decidieron vivir aquellos días en solitario, dándose compañía y compartiendo. Por las noches, cada uno en una habitación abrazando a la soledad, volvían los recuerdos, las memorias, las vivencias, no sólo de las vidas "pasadas", sino de la actual, en la compañía del otro. Esto los reconfortaba y los alegraba, sin duda, pero aunque le restaran importancia, siempre estaba la incertidumbre de parte de ambos, con un sentimiento de vivir vidas prestadas por un corto tiempo, y que quizás a la mañana siguiente despertarían cada cual en su casa después de un sueño extraño pero con un gran matiz de felicidad.
Una mañana, él despertó sobresaltado. Había tenido un sueño diferente a los de siempre, un sueño que lo había sentido muy real, aunque siguiera siendo un sueño. Se enderezó en la cama tratando de agarrar de su memoria los máximos detalles de aquel sueño, pero con el sobresalto con que despertó, se le iban rápidamente los recuerdos a la tierra de los sueños olvidados. Ella lo había sentido despertar abruptamente desde su habitación, y fue a ver qué le pasaba, pese a que él no emitió ningún grito ni nada parecido, sino que era como que su subconsciente le indicó que algo pasaba. Llegó a la habitación contigua, y allí lo encontró sentado en la cama con las manos en la cabeza, con actitud pensativa.

- Qué pasa, Yll? Pesadillas?
- Eh? No - respondió él, sorprendido de verla ahí, ya que ni siquiera la sintió entrar.
- Entonces? Te sientes mal?
- No. No fue una pesadilla. Fue un sueño, nada más. Pero tenía algo diferente.
- Diferente? - preguntó ella
- Si, Hee. Real, se sentía real. Sé que era un sueño, lo tengo claro, estoy despierto. Pero no puedo recordar qué era.
- Bueno, sólo fue un sueño, no te preocupes.
- Había algo importante en aquel sueño, Hee. Pero no puedo recordar qué.
- Uhm, quizás lo recuerdes con el día. No tortures más tu mente. No más de lo que ya lo haces siempre, al menos - le dijo sonriendo un poco.
- "Los símbolos tienen poder. Es lo más importante de todo el universo"
- Qué?
- Eso recuerdo. Lo único que he podido recordar.
- Era un sueño, Yll. Vamos - dijo poniéndose de pie. - Vamos a desayunar, luego te bañas y despejas tu mente, olvídate de tu sueño por ahora.
- Pero y si es algo importante? - replicó él.
- Lo sabrás después, no ahora. Menos sin comer.

Ella se puso de pie y fue a la cocina a preparar algo para desayunar. Él se quedó un rato pensando, y luego tomó un lápiz y un papel y escribió aquellas palabras que había recordado, antes que el correr del día se las llevara de su mente. Se puso más ropa, y fue a la cocina a ayudarla con el desayuno, aún dando vueltas a aquellas palabras. "Los símbolos tienen poder. Es lo más importante de todo el universo", qué podía significar eso? Sabía que habían más palabras en ese sueño, más hechos, más cosas, pero sólo pudo recordar esas, y no le daban muchas espectativas de entender qué significaban.
Mientras desayunaban, intentó pensar en otra cosa, más por ella que por él, ya que no quería que se preocupara de más. Además estaba pensando en que ella quizás no quería que él descubriera nada importante, quizás con la idea de no terminar ésta "vida" que estaban llevando juntos. Mal que mal, "él" había estado muerto por 5 años, y ella ya había declarado como un milagro que pudiera estar junto a él, aunque no fuera él en realidad. Pensó en preguntarle mientras comían, pero prefirió no hacerlo. Total, era mejor disfrutar las cosas como estaban, no?
Por la tarde salieron a pasear a un jardín botánico que estaba cerca de donde vivían. Un lugar donde se respiraba tranquilidad y el silencio sólo era roto por el silbido de las aves que lo visitaban y que vivían ahí, y el leve murmullo de las personas que caminaban por sus sinuosos senderos de gravilla. Las piedrecillas crujían bajo sus pisadas, y el sol iluminaba y calentaba sus rostros juveniles. Conversaban de sus historias, de sus vidas, de lo que habían hecho, de lo que no hicieron, de sus nuevas historias en aquellos días que llevaban juntos, de lo que compartían, etc. Llegaron a una laguna dentro del jardín, con puentecitos de madera que la comunicaban con otros extremos del jardín. Ella se acercó a la orilla y se recostó en el pasto mirando hacia el cielo. Él se quedó de pie, mirando el agua moverse suavemente por el efecto del viento. Ella lo miró y le hizo señas con la mano de que se recostara junto a ella, a lo que él accedió sonriendo y juntó su cuerpo con el de ella mirando hacia el cielo. Se quedaron en silencio bastante rato, disfrutando de aquellos sonidos de los pájaros, del susurro del viento, y de la sensación de estar solos en el universo.

- No quiero que se termine - dijo ella de pronto.
- Mmm? - se limitó a murmurar él, tomado por sorpresa y fingiendo no saber a qué se refería.
- Yll, hemos vivido días maravillosos. Sé que no eres "él", pese a que si lo eres. Hemos obviado esas cosas, yo misma he pasado por alto el gran detalle de que sé las cosas como son, para que tengamos éstos días maravillosos, porque así lo he querido, y por ende no quiero que terminen. Te dije que para mi es un milagro poder compartir contigo, es como una segunda oportunidad que la vida nunca da, y fui tan afortunada en recibirlo, que aunque me pregunte "por qué yo?", prefiero no saberlo con la condición de seguir contigo.

Él se quedó callado, la verdad no sabía qué decir. Aunque lo hubiera pensado así en estos días, no tuvo las palabras para interrumpirla en algo o para decirle algo específico. Prefirió entonces guardar silencio por un rato, hasta que por fin habló.

- Hee, no voy a dejarte. La situación sabemos que es extraña, nos hemos hecho los tontos es cierto, pero sabemos que no es "natural" y que quizás en cualquier momento se revierta. Aún así, estoy feliz de compartir contigo, de tu apoyo y de tu ayuda.
- No es un favor.
- No lo tomo como tal, sólo hacía el alcance. Dije que estaba feliz de estar contigo.
- Me besas?

Y sin pensarlo, él la besó.
Se abrazaron tiernamente ahí en el pasto, y se tomaron de las manos y siguieron viendo al cielo, sin decir más palabras. Al rato se levantaron y siguieron caminando y conversando por aquel jardín, tomados de las manos alegremente.
En la noche, luego de haber comido algo y de haber visto televisión, se dispusieron a ir a dormir. Él se dirigió a su habitación como todas las noches, pero ella lo interrumpió. Lo miró a los ojos, y le susurró que la acompañara, que después de tanto tiempo, no quería dormir sola. Y no lo hizo, ya que él la besó y fue a dormir con ella. Y después de hacer el amor por primera vez, se durmieron abrazados como nunca lo habían hecho, reconfortándose uno al otro hasta la mañana siguiente, sin importarles ninguna historia de fantasía ni de ciencia ficción ni religiosa.
La mañana siguiente él despertó primero. Se sobresaltó y miró a su lado, y respiró tranquilo por primera vez en mucho tiempo. Ella aún estaba ahí a su lado. No se había acabado el "sueño" o "milagro" que lo había llevado a ese instante sublime. Le besó tiernamente la espalda, a lo que ella correspondió una coqueta sonrisa, luego la abrazó y siguieron así un buen rato durante aquella brillante mañana.
Los días siguieron pasado rápidamente, y su relación se fue consolidando con ellos. Y aunque ambos hacían la vista gorda de la realidad (aunque quebrantada), intentaban ser felices con lo que la vida les daba. Disfrutaban de las mañanas silenciosas, de las tardes bulliciosas, salían a caminar por los parques, iban al cine a ver películas, compartían un helado o un café, o simplemente se paraban en el jardín de la casa de ella a contemplar el cielo, o las estrellas cuando era de noche. Si su vida era esa, por qué preocuparse de una que ya no era?
A pesar de todo, él extrañaba su vida real (difícil le era llamarla así, ya que su actual condición era bastante real también), pero no se lo decía a ella ni lo hacía notar. De vez en cuando, especialmente en los pocos momentos de soledad que se permitía, recordaba su familia, sus amigos, hasta al viejo cascarrabias del negocio de la esquina. Nunca fue muy apegado a la familia, pero de igual forma extrañaba un poco eso, la compañía de más personas que no fueran solamente ella, y se sentía mal por pensar así, ya que hoy por hoy, ella lo era todo para él, y de una forma bastante literal.
A veces, en aquellos minutos en que observaba las estrellas por la noche, recordaba aquellas palabras que siempre traía en sus documentos, aquel papel que escribió luego de ese sueño tan real, y pensaba tratando de sacarles algún significado, pero nunca lo lograba. No necesitaba el papel, su cerebro ya las había memorizado: "Los símbolos tienen poder. Es lo más importante de todo el universo".

REK.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Logras cautivarme con cada uno de tus escritos. Simplemente eres genial, me transporto a tus historias y me siento parte de ellas. Estas dos últimas historias me han gustado de una manera especial, (no significando de ningún modo que las anteriores me gustaran menos).
Me encanta tu claridad al escribir, como eres capaz de plasmar las ideas, como logras captar el interés en la lectura. Queda de manifiesto tu gran habilidad para las letras. Eres genial escribiendo, cada día me conquistas más con tus publicaciones. Eres un ser completo y es un privilegio tenerte dentro de mi círculo.
Te dejo mis saludos, un beso y todo mi cariño, espero con ansias la próxima publicación. :)