NO-VERSO Nº 6
La Carta en el Espejo
Dos entes conversaban casi forzosamente en un lugar. La mayor de rostro pálido y abultado cuerpo, miraba a la otra de vez en cuando, como si sólo con ese hecho le indicara que le estaba prestando atención, aunque a ciencia cierta no era mucha la atención que le prestaba realmente. La más joven, de cabellos alborotados, extrañas vestimentas, y un singular globo en forma de pez flotando en su izquierda amarrado con un cordel, miraba entusiasta a su compañera, pero siempre se encontraba con una mirada fría, con ojos cansados y apagados, muy diferentes a los de ella, alegres y llamativos.
Se encontraban en un mundo lleno de ventanas, escaleras, y niebla, un mundo frío, lúgubre, que no evocaba ningún sentimiento de felicidad, por mínimo que fuera. Eran los dominios de la primera, la mayor de las dos, y la segunda, la joven, se sentía extraña en aquel lugar, pues era todo lo opuesto a lo que ella estaba acostumbrada: colores, a veces sin sentido, bullicio, formas sin ser formas, todo abstracto y sin razón.
Aquel mundo de los espejos les mostraba a ambas diferentes situaciones en cada uno de los espejos, que más bien parecían ventanas, como pantallas hacia otros mundos muy distantes, o quizás muy cercanos, quién lo sabría en realidad? En cada una una de aquellas ventanas mágicas, se vislumbraban realidades diferentes, personajes diferentes, incluso a veces animales. La más joven se preguntaba, por ejemplo, si los perros se mirarían a un espejo, y de ser así, qué pensarían de la imagen que verían? Sabrían que son ellos? Imaginarían que es otro animal distinto?...
- Pregúntaselo al tuyo - susurró la más vieja, que no era vieja, sino solamente mayor a la joven, aunque ambas eran lo suficientemente viejas como para saber que eran viejas las dos. Y mucho.
- Eh? Oh, sí! Verdad que tengo uno, le preguntaré - respondió la joven sonriendo, sin reparar que su contraparte había respondido a algo que ella sólo estaba pensando, no diciendo. Mientras, su interlocutora seguía con la vista fija en una de las ventanas.
La más joven se preguntaba qué estaría viendo, y se acercó a ver. Pero, quizás, ella vería una cosa diferente, la verdad nunca había entendido cómo funcionaba el tema de las ventanitas mágicas, y la verdad sea dicha, nunca se lo había preguntado a su hermana, la mayor, ni a ninguna otra, ni siquiera cuando su hermana era su otra hermana, muchos eones en el pasado. Pocas veces se inmiscuía en los asuntos de su familia, prefería la soledad, aunque su existencia distaba mucho de ser solitaria.
Para evitarse problemas, y no sonar a que se metía en asuntos que no le incumbían, la más joven preguntó:
- Qué ves en la ventana?
- Un hombre, mediana edad. Ha escrito algo, se cuestiona sobre muchas cosas. Siento su corazón, lo presiento, pero también lo siento lejos. Es extraño.
La más joven se asomó discretamente por detrás, corroborando lo que la mayor decía. Asumía entonces que ambas estaban viendo lo mismo, lo que ya era en avance.
- No es así siempre en tu mundo? O sea, sabes? Yo creía que así era, que podías sentirlos, que podías sentir como se pasaban a tus dominios, como sentías el corazón de ellos.... De una forma muy diferente a como lo siente nuestra otra hermana, digo... Ya sabes... La... eme u e erre te ... e...
La mayor la miró, pero no respondió de inmediato. Miró de reojo, y volvió a concentrarse en la imagen en la ventana. Exhaló una bocanada de aire y recién respondió.
- Siento que también te pertenece. No es raro?
- Qué ves de ese hombre? - dijo la menor, pasando por alto lo dicho por su hermana.
- Lo observo, lo siento, está pasando por una situación desagradable, molesta probablemente. Se cuestiona muchas cosas. Y tiene una carta...
- Oh, me encantan las cartas a mi! pero más me gustan los sobres. A veces escribo cosas en ellos, sabes? Pero se me pierden y luego los busco, y los busco, y los busco, y nunca aparecen. Y luego olvido lo que escribí en ellos, y luego me olvido que los escribí alguna vez... Quizás nunca los escribí...- miró a la mayor y no hubo reacción ante su breve historia carteril, así que decidió volver al tema de la carta del hombre - Y qué dice la carta? La puedes ver? La puedo ver yo? Podemos saber lo que dice ?
- Claro...
Lo sabía. De algún modo, siempre lo supe. Sólo que mantenía la esperanza de que estuviera equivocado, que fuera mentira. Pero no lo era.
Hace muchos eones, me enteré en estas mismas fechas que mi pareja me estaba engañando. Lo sospechaba, y lo confirmé. Y no estaba equivocado. Después de una relación larguísima, después de una relación donde había puesto todos los huevos en la canasta de las apuestas de la vida, donde soñaba, pensaba, esperaba y quería un futuro juntos. Sin embargo, me enteré de la peor manera de que todo eso no ocurriría jamás. Hice algo que jamás había hecho, algo que había siempre predicado en no hacer. Y lo hice, y las consecuencias fueron devastadoras. Sin embargo, al hacerlo supe la verdad, y eso siempre da cierta tranquilidad. Tranquilidad de que hiciste las cosas bien. Que no eres tu el culpable de nada. Que puedes caminar por la calle tranquilo, sin que nadie nunca pueda apuntarte con el dedo y sacarte algo en cara. Ella claramente no puede decir lo mismo. Y tu, lamentablemente, tampoco.
Mi antiguo proyecto de vida se derrumbó frente a mis ojos en la pantalla de un computador. Fue mi manera de saber que nada de lo que soñé existiría, nada de lo que pensé seria realidad, y sin embargo, no me importaba ella, si no yo. Era mi futuro el que se desmoronaba frente a mis ojos, no el de ella. El de ella claramente me importaba un rábano, a esas alturas, claramente yo no iba a formar parte de el, por ende no me tenía que importar. Ni tampoco doler. Pero mentiría si dijera que lo esperé, o que pensé que ese sería el final.
Hoy es distinto. Asumí hace tiempo que era cosa de, justamente, tiempo, de que supiera la verdad, Pero nuevamente pierdo esperanzas, nuevamente pierdo los sueños, y hoy, más viejo, ya no me queda tiempo. Tiempo perdido, es lo único que me queda en todos estos años de vida. Tiempo perdido con personas que quizás en su momento pudieron valer la pena, pero que al final en la raya para la suma sólo fueron nada.
Aquella vez anterior fue un proceso rápido, cosa de días, me enteré de la verdad una fecha donde todos celebran sus amores, mientras yo maldecía el mío. No lloré, me prometí no hacerlo, y no quería tampoco. El proceso fue rápido en todo sentido. Y no porque no amara, no porque fueran mentira mis sentimientos, sino que con la rapidez que supe todo, me sirvió para arrancar de cuajo todo lo que tenía en mi magullado corazón. No digo que fuera fácil, o sencillo, sólo fue rápido, y con mucho menos dolor del que debía. La rabia ayudó? Probablemente. Nunca más supe de ella, ni a lo largo de los años me la he encontrado otra vez como para siquiera poder esquivarle la mirada, o para negarle el saludo, o para lo que fuera. Es mejor así, supongo.
Ahora es distinto. Ha sido un proceso largo donde me han mantenido drogado con mentiras, con falsedades, con una relación que no existe hace dos años, una relación que sé que no existe, pero que me negaba a creer o a asumir, y seguía pensando en que sí sería realidad, que sí serían realidad mis sueños, supuestamente nuestros sueños. Ahora, frente a los hechos, comprendo muchas cosas, o más bien me da la razón en lo que siempre pensaba y siempre callé, o evité decir, o nunca pensé en decir. Algunas veces lo insinué, pedí honestidad, pero me daban aspirinas, yo lo sabía, pero mantenía mi sueño. Como dije, era una droga. Y por experiencia, se que las drogas del corazón hacen daño en el futuro.
Por qué mantener la mentira por tanto tiempo? Todas esas veces que dijiste que me amabas, y no era cierto, qué sentías en realidad? A veces me pregunto estas cosas, pero se que jamás obtendré respuesta, y si la hubiera, no tengo certeza de que quisiera escucharlas. Ciertamente ya no tendrían ningún sentido, no?
Siempre he pensado, y lamentablemente la vida me lo ha demostrado, que las personas que más huevean a sus parejas de que los están engañando, que "quién es esa persona que te habla", que "esto y lo otro", que "porqué no te acuestas temprano", que "con quién estás", lo hacen no porque sea verdad, o porque haya algo realmente malo, sino que porque ellos mismos son capaces de hacer eso, y lo hacen, y por ello intentan culpar a la otra persona. Cuántas veces me dijiste cosas así, mientras estabas con el otro? Muchas, me imagino. Pero siempre lo niegan, claro está. Sin embargo, como dije, el tiempo me ha dado la razón. Y ahora, tú me la vuelves a dar, y quizás eso sera lo único que en realidad me diste de razón.
Recuerdas cuando te decía que eras mi mundo, que eras mi proyecto a futuro? No es que ahora crea que te importara, claramente no, pero lo recuerdas? Pues de mi parte era verdad. Pero claro, quién va a querer compartir el futuro con un tipo feo, con algunas canas en el pelo, que incluso ya se nota que esta quedando medio pelado? Nadie, si le sumamos lo "gruñón"... Pero, pese a todo, los sentimientos eran de verdad. Eran. Ya no. Gracias a ti ya no existen, o pronto dejarán de existir. Sólo quería que recordaras las muchas veces que te dije esas cosas, y las mismas veces que tu me respondías que sí, que todo sería así. Já!. Mentiras, como siempre. Mentiras que no entiendo para qué. Cuál es la razón de mantener un tipo ilusionado por dos años? Por gusto? Porque podías? Porque simplemente no te importaba? Quién sabe.
Cuando nos conocimos, tú sabías la historia que había vivido anteriormente, donde me habían abandonado sin explicaciones, donde me engañaron siempre, pues siempre fui sólo un segundo plato, yo sin saberlo, aunque muchos lo decían y a veces me lo decían. Y aún sabiendo ésto, haces lo mismo, las dos veces. Qué piensas de ello? Probablemente no pienses nada, pues debes estar feliz, en tus vacaciones, unas vacaciones que nunca me dijiste que existían, pero que ahora entiendo por qué no lo hiciste. Qué pensarás al leer esto? Nada tampoco, ni siquiera quiero una respuesta. Las verdades ya las sé. Sé que me fallaste, se que me decepcionaste, sé que me engañaste, que me mentiste. Quien va a querer saber nada más así? Yo al menos no. Ya mucho te rogué, te busqué, por un mundo que no existía, y que ahora me doy cuenta de eso. De la peor manera, de una manera triste, he de decirlo, pero mejor saberlo, aunque hubiese sido mejor saberlo de ti. Pero no te dio la valentía...
Recuerdas cuando me decías, injustamente, que no creías que yo fuera capaz de amar, por las cosas que habías leído de mis propios textos? Me decías que yo no creía en el amor, por ende no podía amar. Lo recuerdas? Recuerdas que yo te respondía que aquello era injusto, pues eran textos, no una forma real de sentimiento? Qué pasa ahora? Cómo voy a creer en el amor, en tú amor, después de lo que me has demostrado? Lamentablemente, hoy o mañana, el Destino siempre nos termina dando la razón. Y las cosas comienzan a conjugarse y a entenderse.
Ahora es cuando las cosas cuadran, cuando las cosas calzan como se deben. Por eso no venías, por eso evitabas las cosas que hacías antes, por eso siempre evitabas el tema. Porque simplemente no podías, pero mantenías la farsa. Cómo explicarle a la otra persona que venías? No podías. Por eso no me agregaste en la red, porque no podías arriesgarte a que yo viera cosas, o que escribiera algo incomodo y ese "alguien" se enterara de una realidad que le es negada, la desconoce. Por eso ahora desapareciste, porque era lo más fácil, arrancar, disfrutar tu descanso no conmigo, sino con otra persona porque no podías estar dándole explicaciones, y a mi me las negaste...
Pero no seguiré en ello... No tiene sentido... La verdad siempre sale a la luz, aunque uno tenga que buscarla dentro de la oscuridad. Ahora qué espero? Nada... Sólo relajarme, y como dijo Lucifer, quizás me siente en la arena de una playa a ver la puesta del sol, a contemplar lo maravillosas que son, quizás toque el piano en un pub, o quizás simplemente me ponga a escribir, y a olvidar...
- Jajajaja - rió de buena gana la más joven- aunque me da pena, me da un poquitito de risa, no?... No??
- Su corazón debería estar desgarrado, debería ser mío... Pero no.
- No es de ninguna de ustedes, queridas - una voz ácida se escuchó de pronto tras las hermanas que contemplaban a aquel hombre de la ventanita
- Hermana/o, saludos - dijo la mayor de las otras dos, con el ceño fruncido.
- Saludos, hermana gemela. Saludos, niña - dijo dirigiéndose a la más joven, y esta rehuyó la mirada - Pasó por todos los estados... Desesperación, locura, amor, desamor... Pero ya no pertenece a ninguna.
- Y entonces? - inquirió la menor.
- Con el Pródigo...
- Con "él"? - preguntó la mediana, con los ojos muy abiertos, asombrada.
- Y qué hace? - dijo la joven.
- Ahora? Simplemente destruye lo poco que le queda, para plantar cara al mañana...
Los tres personajes se quedaron en silencio, hasta que se apartaron de aquella ventanita mágica, y dejaron de observar a aquel hombre, quien se ponía de pié para iniciar su nuevo rumbo de vida...
REK.
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