domingo, 10 de marzo de 2013

El Jardín del Sol Rojo

(Extraído de mi Flog. Publicado originalmente el 30/05/2008. Extendido posteriormente el 10/03/2013).

"Si caminas por el jardín de Destino, tendrás que elegir, no una, ni dos, sino muchas veces.
Los caminos se bifurcan y dividen. A cada paso que das en el jardín de Destino, debes elegir; y cada elección determina futuros caminos.
Sin embargo, al final de una vida de caminar, puedes mirar atrás y ver un solo sendero tras de ti; o mirar adelante y ver sólo oscuridad.
A veces sueñas sobre los senderos de Destino, y especulas inútilmente.
Sueñas sobre los caminos que seguiste y los que no seguiste...
Los senderos divergen, se ramifican, se reconectan; algunos dicen que ni Destino mismo sabe en verdad a dónde os llevará cada sendero, cada curva, cada recoveco.
Pero aunque Destino lo supiera, no lo diría.
Destino guarda sus secretos.
El Jardín de Destino. Si lo vieras, lo reconocerías. Vagarías por él hasta que mueras.
O más allá.
Pues los senderos son largos, y ni la muerte les pone fin.
Destino, de los Eternos, es el único que entiende la peculiar geografía del jardín, distinta del tiempo y el espacio, donde el potencial se convierte en hecho.
Destino lo sabe. El libro que lleva es una guía del jardín y de los detalles del futuro-pasado.
Destino no sigue un sendero propio. No decide, no elige ninguna ramificación; su camino está trazado, definido y dibujado desde el principio del tiempo al fin de todo."

La verdad aún tengo dudas de que todo está destinado en nosotros. Pero tiene cierta lógica pensar que sí. Uno fácilmente puede decir “"le doblaré la mano al destino”", y haces otra cosa, lo contrario a lo que tenías “predestinado”, creyendo que así le doblas la mano. Pero, quién no te dice que hacerlo, era tu destino? Que "doblarle la mano al destino", era precisamente tu destino?
Hay situaciones que a lo largo de mi vida he comprobado que sólo pueden ser obras del Destino, o de un futuro prederminado, o como quieran llamarlo. A veces llego creer ciegamente que sí somos seres que nos movemos por donde debemos, no por donde queremos. Pero que creemos que es nuestra voluntad.
Una vez yo tenía amigos (sí, alguna vez los tuve, y varios, y amigas también), y dentro de ese grupo, había dos personas, un hombre y una mujer. Amigos desde antes de yo conocerlos, siempre bien, siempre riendo, siempre amigos. Nunca pasó nada entre ellos, nunca se miraron de otra forma que no fuera una mirada de amigos. Pero un día sucedió lo que todos suponíamos que un día pasaría. Se cumplió ese “destino” que todos los demás amigos sospechábamos: se hicieron pareja. Lo que no sabíamos es que eso desencadenaría una serie de eventos que terminarían por disolver el grupo de amistad.
Por la misma época, un poco después, tuve lo que se denominan “"sueños premonitorios"”. Una noche soñé que conocía a una mujer, una chica (debo haber rondado los 19 o 20 años). Soñé con ella, y soñé que por extrañas circunstancias, que no recordé y que no recuerdo (y que no quiero recordar tampoco), se convertía en una de las personas más importantes para mí. Me desperté extrañado, pero sabiendo (suponiendo), que el “destino” me tenía reservado algo. Y a los dos días, conocí una chica, cuyo nombre no escribiré, pero que sí se convirtió en alguien muy importante, al menos durante un periodo de tiempo. Supongo entonces que ese ere mi destino. Conocerla, aprender de ella, y al final terminar casi odiándola. Lástima que se dejó llevar por malos comentarios, y por personas que hasta el día de hoy, sé que la palabra “amigo” les queda como poncho. Pero el Destino se encargó de darme un gustito, un par de años después, y saborear ese dulzor de lo que llamamos venganza. Cada cual forja su propio destino, y es uno quien decide al final qué cosas te sucederán (ESE es nuestro destino).
Una de las cosas que siempre pienso, y digo, es que siempre hay que medir las consecuencias de los actos que realizamos, y también, los que NO realizamos. Todo produce efectos, todo tiene repercusiones. Todo es importante. Cuando ya han pasado meses, o años, de que te suceden cosas, te das cuenta que, de cierta forma, hay “chispas” precursoras de todo eso, cosas que en su momento no tuvieron importancia alguna, pero que vistas hacia atrás desde un futuro, notas que son importantes puntos de inflexión en tu vida. Cómo el ir por una calle u otra, puede marcar que conozcas a alguien o no, que te atropellen o no, que compres tal cosa o no. Por algo el Jardín de Destino, tiene infinitos senderos, recovecos, y bifurcaciones. Son las decisiones que todos debemos tomar (o creemos que tomamos libremente). Y, como dice el principio de este escrito, puedes mirar atrás y ver todo el pasado que tuviste, en una sola línea, de las muchas y miles que tuviste para elegir. Y si miras hacia delante, como tu futuro aún no lo vives, no puedes ver nada. (quizás tu futuro está escrito, pero no tienes acceso a él. Otros dicen que es porque tú debes hacerte tu futuro).
Muchas veces quiséramos evitar destinos sabidos, o sospechados, y lamentablemente no podemos, no tenemos el poder para ello. Muchas veces esos designios son producto de decisiones anteriores, y solamente ahí vemos que o estábamos en lo cierto en nuestra decidión, o la erramos completamente. Lo hecho no puede deshacerse, o al menos cuesta demasiado, y rara vez es posible.
Recuerdo aquella frase del Doc Brown en Volver al Futuro III: "el futuro es el que tu mismo te formes"... Y claro, es el que me formo con las decisiones que he tomado a través del largo camino recorrido, pero... Ya está escrito que así fuera... O no? Y si no existe ningún destino, ni nada y realmente vamos como dice la canción "haciendo camino al andar", y todo se va creando y formando a medida que avanzamos y nada más... Pero sería mucho "caos" si así fuera, a mi parecer...
Cuántas veces hemos pensado romperle la mano al destino, y simplemente hemos cumplido cada uno de sus designios al pie de la letra? Muchas, creo yo. Pero en cerita forma es bueno para el alma humanoide tener esa sensación de libertad, a la vez que de sentir un camino determinado. Ambas opciones pueden coexistir dentro del cerebro humano aunque claramente sean contradictorias una con la otra. Pero no es así de complejo el pensamiento y los sentimientos? 
Yo aún espero que mi Destino sea bueno, y espero que sea junto a alguien a quien quiero y me quiera. Hasta ahora, no ha sido una gran y destacada vida la que he llevado, pero es la que vivo, y me gusta vivirla. Pero podría ser mejor, y sólo depende del destino, y claro, de mis propias decisiones y determinaciones.

REK.

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