sábado, 5 de octubre de 2013

Recuerdos de Dolor y de Muerte

Como alguien dijo "morir no es forma de ganarse la vida, muchacho".
Y morir no es nada agradable, debo decirlo claramente desde el principio.
Por lo mismo, no me gustaría pasar de nuevo por aquella situación, para nada. Lo único rescatable de aquel doloroso y terrible proceso, es verla a ella. Y aunque he descubierto que hay otras opciones, otras veces, otras circunstancias en que la puedes encontrar, ciertamente aquella vez es la más segura de todas, no por seguridad personal, total ya estás muerto, sino que es seguro que la verás.
Después de mucho buscar el destino que perseguía, por fin lo encontré aquel día, pero ahora nada es igual, y tengo sentimientos encontrados respecto a eso. Hice lo que quería, lo que debía y ahora qué siento? Nada. Pero por qué?
Cumplí con mi destino, dos veces, y en ambas no sentí alivio alguno. Primero muriendo, donde sólo sentí dolor espiritual, y después matando, donde no sentí nada en absoluto, como si no lo hubiese hecho. Pero lo hice.
Hace unos años, muchos, todo era diferente en mi. Sentía el agradable calor del amor, aquel sentimiento que te hace pensar en esa persona especial, que te hace querer estar siempre con ella. Esa sensación de estar viviendo una historia importante entre ambos, y de no querer que termine nunca. Sin embargo las cosas no son para siempre, y lo aprendí de la manera más dolorosa. Éramos felices, yo era feliz con ella, salíamos, conversábamos, caminábamos, compartíamos, todo juntos, hasta los más pequeños detalles tenían validez y tenían una connotación especial, sólo por el hecho de que lo viviéramos juntos. Pero llega el momento en donde la felicidad se convierte en angustia, y la angustia en tristeza, y la tristeza en soledad. Sin embargo en mi caso, la soledad se convirtió en muerte, muy a mi pesar.
Los recuerdos a veces los veo borrosos, quizás por el tiempo transcurrido, o por la influencia de los personajes con los que conviví después, o por el hecho de morir, no se, quién sabe.
Recuerdo que tras todos los cuidados que tuve por ella durante los días posteriores al cobarde ataque que recibió, y tras todo lo que hice por ella y que me convirtieron en lo que hoy en día soy, decidió de forma unilateral terminar con la relación, aún hoy sin una explicación convincente para mi. Después de lo que hice por ella? Después de lo que pasamos juntos antes? Me parecía insólito, y claramente fuera de lugar, por decir lo menos, pero así fue la historia, y no podía cambiarla, y ahora aunque quisiera, y tal vez pudiera, no la haría. Terminé más agresivo de lo que ya estaba, y obviamente desquitando mi rabia y mi dolor con quienes lo merecían, pero no a tal nivel. Convertí todo lo que hice en algo personal, mientras ella seguía inmutable en su vida sin mi, y probablemente feliz sin mi.
Tengo las manos manchadas de sangre, dos veces además, y ambas con ella involucrada. Maté por ella, y la maté a ella. No tengo problemas de consciencia, hasta eso perdí, o nunca tuve supongo. Pero igual en cierta forma siento mis manos manchadas, tomando las vidas de otras personas, y una en especial que amaba. Pero en ambas ocaciones considero que fue justificado, que debía ser así, y que quería que así fuera, por lo tanto no me arrepiento. Se lo merecían, a juicio mío, y a juicio de varios más. Se que eso no me justifica, probablemente matar nunca sea justificable, pero sí considero que "estuvo bien" que murieran.
Por ella maté la primera vez, por su vida quité la de otro ser viviente semejante a mi. Después de su accidente, su premeditado y planeado accidente, más bien el cobarde atentado donde ella casi perdió la vida, donde su muerte era parte del plan, busqué el rojo camino de la venganza por ella, por lo que le hicieron, y por lo que pensaban hacerle. Entre sueños y realidad, fui descubriendo de a poco un potencial insospechado en mi, cosas que no cualquiera podría hacer, y que me hicieron muchas veces preguntarme "por qué yo?". Sin embargo, es una respuesta que quizás hoy aún no puedo responder. Hice mucho daño, a quienes ajusticié sin matar, y a mi mismo, por lo mismo mi cambio de personalidad y mi actitud, pero aún así decidí sólo tomar una vida, ninguna más, sólo la del responsable de que ella estuviese en el hospital en aquel momento. Y así lo hice, después de pasar por mucho, y por muchos, y aunque no tomé más vidas, no significó que no envié a varios al hospital, y pase casi un infierno en sueños y en la vigilia, para finalmente llegar al responsablede todo. Y lo hice pagar por sus actos, por sus crímenes, y por ser quien estaba a cargo, y culpable, del estado de ella. Obtuve el poder necesario para hacerlo y lo hice. Maté a ese hombre por ella, y no me arrepiento. Manché mis manos con sangre por ella, y no me arrepiento. Condené mi alma y mi vida por ella, y no me arrepiento. Porque estaba enamorado. Porque lo hice por amor. Pero el tiempo me enseñó que el amor es sólo uno de los muchos sentimientos, de las muchas emociones, que son capaces de generar poder, fuerza y decisión, y que ni por asomo es el más poderoso motor del universo.
Pese a todo, ella después de su recuperación, en un acto extraño y sin explicación, terminó la relación, y condenó su alma, aparte de condenar aún más la mía. No digo que uno deba hacer las cosas esperando una recompensa, para nada. De hecho lo que hago,  lo que hice y lo que haré, jamás será por esperar algo a cambio. Pero seamos claros que hay que tener ciertas consideraciones, y si uno sabe que alguien ha hecho algo, aún sin esperar nada a cambio, uno como mínimo le debe una retribución, un gesto de agradecimiento, algo asi. Por ello considero casi una traición, todo lo que hice por ella, y que ella me mandara lejos de su vida, y especialmente con sus dichos, aquellas palabras de mierda que me dijo y que aún suenan en mi cerebro "no te pedí que mataras por mi, no te debo nada". Qué mierda de vida! Me alejé y traté de seguir con mi vida, aunque "mi vida" ya se había perdido hacía mucho tiempo, pero sólo me encontré más violento, más temperamental. Descubrí un nuevo motor del universo, la rabia, la ira, algo que ya había experimentado antes, pero junto al mal sentimiendo del amor. Ahora era diferente, era rabia casi pura, y con ella fue todo peor, aunque también sirvió para ser quien soy.
Mucho tiempo después de eso, cuando ya no supe más de ella y me acostumbré a que así fuera, me enteré por casualidad que ella también había sufrido cambios, y que ya no era la misma mujer que conocí y que amé. Ahí también me enteré de mala forma, a qué nivel habían llegado los cambios que ella sufrió. Sus procesos fueron diferentes a los míos, y desarrolló potenciales diferentes, pero también motivados por el mismo incidente que casi le costó su vida, sólo que, habiendo yo matado al responsable de todo, sólo tuvo que lidiar con tipos de menor importancia, y terminó al fin enfrentada a casi todos los tránsfugos y delincuentes poderosos de los barrios bajos, haciéndose conocida y temida, casi más que yo.
Ambos nos hicimos nombres en los mundos bajos, siempre al filo de la ley, pues la ley no nos imponía nada. Combatíamos lo mismo, con diferentes métodos, y siempre me mantuve lejos de ella, por razones más que obvias. Yo creo que ella quería justamente lo contrario, pero no se lo concedí. Pero el destino sabe cómo jugar sus cartas, claro. Y llegó el día en que nos enfrentamos, aquel día que sabíamos que llegaría, que era esperado y que tenía que llegar, y que sabíamos sería definitivo. Sin embargo, reconozco que el final no fue el que yo esperaba, ni mucho menos. Cometí el error de combatir bajo sus reglas, en su terreno, y pagué las consecuencias de ese error con mi vida, literalmente. Su magia supuso el mayor problema para mi, ya que no estoy habituado a ella, y no me gusta incluso ahora. Tuvimos un duro enfrentamiento, también llevado a niveles personales, donde se mezclaban diferentes sentimientos y sensaciones, pasando por varios colores y aspectos del espectro emocional en aquella pelea. No dudo que ha sido el combate más interesante que he tenido en vida, pero no por ello va a ser  la que más me gusta. Caí en su trampa, una tonta triquiñuela que me hizo quedar como un idiota, y que le dio la chance de terminarme definitívamente. Cuando la vida se me escapaba en dolor de la pelea, y el dolor de la muerte cercana,  recuerdo que agarró mi cabello, que en aquel tiempo lo tenía largo, y levantándome la cabeza del suelo me dijo:

- Mataste por mi sin habértelo pedido. Me quitaste la venganza de las manos, MI justa venganza. Por lo que a MI me hicieron. Ahora, por eso,  te toca morir a ti.

Y con aquellas palabras frías, carentes de todo sentimiento, acabó con mi vida.
El dolor terminó, dejé de sentir, en el modo físico y tangible de la palabra, pero comencé a sentir el dolor de la muerte, el dolor no-físico, el dolor de la ausencia. Es complejo intentar entender, y peor aún intentar explicar lo que uno siente, especialmente y teniendo en cuenta que muerto no sientes nada. Pero no es tan así. Aún muerto, sientes cosas, y tienes una conciencia, como si vivieras, pero estás muerto y bajo tierra. No puedo dar los detalles de lo que "viví" estando muerto, ni tampoco quiero recordarlo. Mucho menos podría decir cómo volví a la vida, o por qué regresé. Hay cosas que deben mantenerse ocultas, así lo dictan las reglas, esas viejas reglas que rigen el universo, aunque probablemente se ha roto alguna en éste largo proceso. Sólo basta con saber que volví y que aprendí muchas cosas estando muerto, como le dije a ella cuando nos enfrentamos la última vez.
Habrá sentido ella cuando regresé? Es algo que siempre me he preguntado, pero que no tuve tiempo de preguntar cuando la vi. Yo creo que sí, era una persona de magia, y ellos siempre tienen más de aquel conocimiento que uno, por muy poderoso que sea y aún teniendo los "contactos" que yo tuve, y que espero tener aún. Pero creo que debe haberlo sentido, pero eso es independiente de cómo se sintió ella al saberlo, al sentirlo, al comprenderlo. Eso no puedo imaginarlo, pero creo que con mi regreso sólo le jodí el día, aparte de la vida. Pese a todo, me tomé mi tiempo para preparar mi venganza. Venganza contra un ser amado, o que amaste, eso sí suena raro, y ejecutarlo es mucho más extraño aún. Sin embargo debía hacerlo, y con preparación y con tiempo. No podía ser algo mal hecho, precipitado o sino corría el grave riesgo de fallar y volverse algo en mi contra, y dadas las anteriores circunstancias, era mejor que eso no sucediera.
Los recuerdos de dolor y de muerte invaden mi mente ahora, ahora que ha pasado el tiempo y he cumplido con mi destino. O eso creo. Es muy posible que mi camino aún no esté terminado, y que deba y tenga muchas cosas más que hacer aún, pero eso hoy en día no lo se. Habrá pasado por lo mismo que yo? Habrá "sentido" como yo? Tampoco lo se.
Finalmente la enfrenté, y la maté. Combatimos en aquella plaza con columpios y con verdes pastos. Era una noche estrellada, con brisa suave y sin luna, lo recuerdo perfectamente. Aquel fue el escenario que elegí, y tiene mucho significado. Incluso hoy lo tiene. No me siento orgulloso de ello, para nada, pero debía, tenía, o quería hacerlo. No fue fácil, primero tuve que planear todo, no descuidar nada, no dejar nada al azar, y después de ello enfrentarme a ella, sabiendo que durante mi ausencia y durante el tiempo que viví en las sombras tras mi regreso, ella tenía más poder y habilidades que cuando me enfrentó y acabó conmigo. Aún así la enfrenté y la derroté. Terminé con su vida como ella terminó con la mía. Y al hacerlo volví sin quererlo a sentir todo lo que sentí, lo que padecí y sufrí estando muerto. Como si ese fuese su último castigo hacia mi, heredándome aquellos sentimientos y dolor que yo mismo sentí, ahora con su propia muerte.
Pensé que me iba a sentir mejor, pensé que iba a poder dar vuelta la página y seguir adelante, algo que hace mucho tiempo no puedo hacer. Pero no es así. Qué siento ahora? Un enorme vacío, nada más.

REK.

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