sábado, 7 de mayo de 2011

Pesadilla Antes de Navidad... (Parte IV)


CUARTA PARTE
De cómo contestamos llamadas equivocadas, y lo creativos que aún podemos ser.

Nadie estaba en su casa, escuchando música, mientras pensaba. Algo había pasado, algo que no le había gustado. Analizaba la situación, los posibles escenarios de hacer una u otra cosa, o no hacer nada, aunque ésta era la opción menos probable de todas. Su cerebro frío ya analizaba las cosas, porque así trabajaba siempre, así funcionaba, y así sería mientras la conveniencia estuviera de su lado.
Estaba en eso, cuando de pronto suena el teléfono de su casa. Fue a contestarlo de malas ganas, no le gustó que lo interrumpiera, aún sin saber quién llamaba. Contestó, y para peor era alguien que había marcado equivocado. Una mujer, la cual se disculpó amablemente. Nadie dijo que no importaba, y se disponía a colgar, cuando la mujer le dijo algo, y él lo respondió. Nadie ni se dio cuenta de cómo se enganchó en aquella conversación con alguien desconocido, pero tampoco le desagradó la idea. La mujer se notaba joven, y era agradable, siempre reía a sus comentarios, lo que siempre lo ayudaba a seguir hablando, sin contar con su sentimiento de ser admirado. Conversaron varios minutos, hasta que la mujer recordó que era a otra persona a quien en realidad estaba llamando, y entre sonrisas se despidió de Nadie, con la promesa de volver a "marcar equivocado". Nadie volvió a su pieza sonriendo, incluso olvidó el asunto que lo había tenido pensando. Simplemente se entregó a la imaginación, tratando de develar cómo sería aquella amable chica que habló con él.
Mientras tanto, cerca de ahí, Abstracta aún se cuestionaba si había hecho bien en contarle a Nadie que ella había conversado con Rebelde unos días atrás. Sabía que esa noticia no le iba a caer bien a su amigo, pero prefirió ser clara en aquel asunto, aún a sabiendas de que podía provocar una reacción en cadena, quizás peor que la anterior y que terminó por definir los actuales caminos que cada uno recorrían. Confiaba en que no fuera así, abogando a que si ya había quedado una embarrada, no tenía sentido hacer otra. Además, ella podía conversar con quien quisiera y sin que le molestara a nadie. Al menos eso pensaba ella. Decidió llamar a Nadie, para juntarse un rato, y así más o menos poder saber si estaba pensando mucho en lo que le había contado, o si simplemente ya no le interesaba. Pero llamó varias veces y el teléfono sonaba ocupado. Se aburrió y no llamó más. Tampoco era que necesitara de forma urgente hablar, así que lo dejó para después.
Pasaron unos días, hasta que Nadie volvió a recibir una llamada de su amiga del "número equivocado". Su alegría y su sentimiento de victoria, se notaban demasiado, y a todo lo que la chica decía, aunque fuera algo tonto, él se reía. Ésta vez conversaron más tiempo, se dieron más datos, y quedaron en hablar proximamente, ahora ya con más claridad en que así sería. Ella había demostrado más interés en él, lo que a Nadie le hizo inflar el pecho, y sonreír solo cuando colgó el teléfono. "Y por qué no?", pensaba para si, mientras volvía al patio a hacer algo de ejercicios. Estaba en eso, cuando volvió a sonar el teléfono, y su madre fue quien lo contestó Sin embargo, la llamada era para Nadie. Contestó, y escuchó la voz de su amiga Abstracta al otro lado de la línea. Hizo un mohín de desaprobación (quizás esperando que fuera su nueva amiga telefónica, y no Abstracta), y la saludó. Quedaron de verse en unos minutos, ya que ella quería salir un rato. Durante su junta, conversaron de todo y de nada. Nadie no le comentó nada de su aventura telefónica. Prefirió guardar esa información para más adelante. Además había otra cosa que quería conversar con ella, y no precisamente de él, sino de ella. Abstracta sospechó que en cierto momento, Nadie iba a sacar el tema que ella le había comentado días atrás, así que para tener mejor opción, abordó primero ella el tema. Conversaron sobre Rebelde, con quien Nadie claramente no estaba de acuerdo con que Abstracta hubiese vuelto a conversar. Sin embargo, lo que había pasado con su tema del teléfono, lo había mantenido más bien distante de ese tema, por lo que no esgrimió argumentos ni nada, y sólo se limitó a decir que ella era dueña de su vida, pero que ella ya sabía cómo era Rebelde, dando a entender que no era una muy buena persona. Ella tomó ésto como una especie de "limpieza" del alma o el corazón de Nadie, ya que había esperado que se pusiera más quisquilloso e incluso más pesado con el tema. Pero como no fue así, se limitó a decir que tenía él la razón, que ella se juntaba con quien quería, pero que todo iría de a poco. Y le dejó claro a Nadie, de que Rebelde no quería saber nada de él tampoco. Terminaron su junta, y volvieron cada cual a su casa, sin pensar mayormente en lo conversado.
Retraído estaba al margen de todos éstos acontecimientos. Estaba más preocupado de sus estudios, y de sus propios problemas, que de los demás. Sin embargo, un tiempo antes él también intentó un acercamiento con Rebelde, pero las cosas resultaron de otra forma. Cuando fue a buscar a Rebelde, éste lo recibió sin problemas, y conversaron de muchas cosas, incluido lo sucedido meses atrás. Habían sido amigos casi desde la infancia, y habían compartido muchas cosas, además vivían cerca, por lo que la idea de volver a conversar y quizás ser amigos de nuevo, no era tan descabellada. A eso, Retraído sumaba de que él tecnicamente no tuvo nada que ver en el problema real, por lo que estaba libre de toda culpa, siendo más bien un "damnificado" de los desacuerdos de los demás. Conversaron y su norte fue volver a reencontrar la amistad. Sin embargo, aquello salió mal. Rebelde puso todo el empeño en que así fuera (se sentía solo, mal que mal), sin embargo cuando dos veces quiso volver a juntarse con Retraído, éste nunca estuvo. Rebelde, entonces, decidió terminar por lo sano, y eliminar por completo todo vestigio de buena onda hacia Retraído. Éste aún se preguntaba qué había pasado, que Rebelde no lo pescó más. Sin embargo, con algunas conversaciones vagas que después tendría con Abstracta, se fue dando cuenta de lo que había pasado, o más bien de lo que no había pasado.
Mucho tiempo antes, Rebelde desde la esquina de su casa, miraba hacia la casa de Retraído, sonriendo. Ya no eran amigos, no se veían, pero Rebelde sabía que de una u otra forma, la vida se encargaría de enseñarle un par de cosas. Eso para Retraído, porque para Nadie, tenía otros planes. Comenzó su andar, pasando por el árbol que cuando niños servía de cobijo para el sol, y poder jugar a la sombra, en los tiempos más felices, cuando los amigos abundaban en el mundo, y todos compartían juegos y alegrías. De reojo miró a la casa de su ex amigo, pero no vio a nadie. Siguió y se fue al paradero de la locomoción. Abordó una micro al centro de la ciudad, y allí se encontró con Leal.
Rápidamente, quizás antes de arrepentirse, Rebelde comentó sus locas ideas a Leal, quien abrió los ojos sorprendida. Sin embargo, cuando Rebelde terminó de hablar, ella guardó un rato silencio, hasta que de pronto y sin pensarlo, dio un pequeño beso a Rebelde y le dijo "Y eso no más?... Seamos más creativos, ésto lo merece". Y sonrío.

Continuará.

REK.

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