domingo, 11 de febrero de 2018

Coma

Cómo saber si te quiero si cada vez que lo pronuncio me sabe a podrido, si cuando digo Te Amo, mi corazón se aprieta sabiendo que recibiré una mentira, si el deseo ya es rutina, si la rutina es pasado, si estar contigo es una negación a la tolerancia, un sobrevivir a la mecánica de la aceptación, al saber que ya no hay remedio a la muerte de permanecer juntos?

Los años pasan como la libertad para un condenado y vegeto aquí sin salida, pues las raíces tienen nombre y siguen creciendo hasta ahogarme y quedar en coma. No pienso. No siento. Solo respiro y mal, pues es tu propio aire…y sigo en un coma eterno y etéreo viviendo de sueños, guiones y argumentos que invento para la teleserie del día. Para sobrellevar la vida. La condenada vida en la que estoy inmerso.

Las heridas sanan de día pero regresan con el ocaso, y este dolor de estar a tu lado sin voluntad, sin fuerzas o convicción para dejarte de una vez por todas. Y siento el perdón y la fe como un atentado al sentido, y me siento esclavo de mis propios miedos, a las sombras de mi propio hastío, consciente de que mañana nada será diferente. Como nunca lo ha sido en verdad.

Y si preguntas que si te engaño, si! Lo hago todos los días con la esperanza, con la ilusión, con la pasión del verdadero Amor, aquel que un día regresará para rescatarme, ese que todo lo puede, que no lastima, que no condiciona, que no se firma en un contrato de fidelidad. Sólo así volverá la movilidad a mi cuerpo, a mis labios que pronunciaran mi despedida. Y no te preocupes, no pediré explicaciones, solo me verás salir de tu vida con lo que queda de mi. Con la frente en alto, mirando el horizonte, intentando reconstruirme y ser alguien nuevo.

Por mientras, sigo en coma...


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